Los pacientes que pasan por un cuadro de COVID-19 no solo están en riesgo de padecer la enfermedad prolongada, también pueden aparecer secuelas que afecten sus pulmones, corazón y otros órganos. En esta nota, te contamos cuáles son las de alto riesgo y cómo deben ser tratadas.
La mayoría de casos de COVID-19 provocan secuelas a nivel pulmonar como disnea y daño pulmonar fibrótico. Estas pueden generar la dependencia de oxígeno en el paciente para que respire de manera óptima.
La fibrosis pulmonar se produce a consecuencia del daño agudo que favorece el depósito de material hialino en las membranas alveolares. Posteriormente, los pulmones mostrarán depósito de fibrina e infiltración de células inflamatorias y fibroblastos.
En el caso de la disnea o sensación de falta de aire, se relaciona con la gravedad de la enfermedad aguda de COVID-19. Esta puede prevalecer hasta por 100 días después de haberse "curado" la enfermedad. Los pacientes que han sido hospitalizados también pueden sufrir de restricción pulmonar a los tres y seis meses.
Las neuropatologías en el COVID-19 pueden ser causadas por la infección viral directa o la agravación de la enfermedad. Asimismo, pueden provocarlas una trombosis microvascular y neurodegeneración. El virus SARS-CoV-2 puede causar cambios en el parénquima cerebral y los vasos provocando inflamación en neuronas, células de apoyo y vasculatura cerebral.
También existen otras complicaciones agudas que aparecen en la etapa de la enfermedad grave como el ictus isquémico o hemorrágico daño hipóxico-anóxico, el síndrome de encefalopatía posterior reversible y la mielitis aguda. Asimismo, también puede afectar la salud mental de los pacientes causando cuadros de depresión y ansiedad.
La inflamación viral y una respuesta inmunológica tardía puede provocar secuelas cardiovasculares como fibrosis del miocardio y miocardiopatía. Estas también causan arritmias, dolor torácico y palpitaciones. Estas secuelas pueden durar hasta por 6 meses después de haber contraído la enfermedad. Las miocardiopatías también pueden ser causadas por estrés.
Las autopsias y biopsias de pacientes con COVID-19 han revelado necrosis en el tejido renal. Esto provoca lesiones renales que necesitarán de un trasplante de riñón.
Redactora para la web e impreso de “El Popular”. Me encanta entrevistar. Amante de los libros, el terror y Disney.