Su piel cumple funciones importantes como ser su abrigo natural que lo mantiene caliente en temperaturas bajas, además, tiene una capa fina llamada ácido manto que actúa como barrera contra enfermedades e infecciones.
Esta capa puede desequilibrarse por factores genéticos (algunas razas tienden a sufrir de la piel), mala alimentación o hábitos de aseo incorrectos. Por eso, es importante no utilizar en ellos, paños húmedos para personas, ni bañarlos con cualquier champú.
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Además, las desparasitaciones tanto internas como externas mantendrán libre al perro de contagios de pulgas y/o garrapatas. Cepillar su pelaje de manera periódica y examinarlo, también podrían determinar algún problema de piel.
Recuerde que una alimentación balanceada y acorde a su edad y tamaño, lo ayudará a mantenerlo sano y si nota algún problema, llévelo a su médico veterinario.
Periodista especializada en tendencias e internacionales. Graduada en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en el Popular. Interesada en temas relacionados con el medio ambiente, derecho de los animales, comunidades nativas y apoyo social.