Para los niños más pequeños, no hay mejor manera de aprender que a través de actividades lúdicas. Esto no quiere decir que un estudiante de inicial deba pasar todas las horas en el colegio jugando, sino que se beneficiará ampliamente al integrar los juegos en su formación educativa.
“El juego es una actividad vital y espontánea para todo niño, pues le permite establecer conexiones neuronales representando la realidad. Le ayuda a expresarse y afirmar su identidad. Es una actividad libre y esencial que motiva al niño a establecer reglas y utilizar distintas habilidades: cognitivas, motoras, sociales y comunicativas”, explica Rosario Jugo, especialista en educación inicial.
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Para lograr una formación integral desde los primeros años educativos, ambas actividades -juegos y estudios- deben balancearse correctamente. Con este objetivo en mente, la especialista de Corefo brinda estas recomendaciones a docentes y padres de familia.
Entre los 2 y 6 años, los menores pasan por la llamada etapa preoperacional. En ella, predomina el juego simbólico. En este periodo, el niño puede jugar con objetos cotidianos, como una caja o un auto, para contar historias o crear sus propios mundos. Este tipo de juegos favorece el desarrollo cognitivo, promueve el lenguaje, la socialización, la capacidad imaginativa y la resolución de conflictos.
Aprender las formas geométricas, los números y letras pueden convertirse en juegos en clase. De esta forma, el niño puede aprender conceptos de manera más fácil y divertida. El aprendizaje lúdico lo ayudará a permanecer más motivado y atento a las clases. Le corresponde a la docente crear este tipo de actividades.
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El juego y el aprendizaje no deberían limitarse a lo cognitivo. El juego motor está asociado al movimiento y experimentación con el propio cuerpo. Los niños tienen mucha energía y la usan en diferentes movimientos. Siempre es recomendable que se realicen juegos en áreas libres. Sin embargo, mientras continúen las clases virtuales, pueden llevarse a cabo en la sala, en el cuarto o en cualquier lugar de la casa.
La labor del docente de inicial durante los juegos consiste en acompañar y dar soporte. Es preferible que permita que los niños jueguen libremente y decidan quiénes serán sus compañeros de juegos. Si bien el docente puede proponer las actividades, también debe ser consciente de que los niños adaptarán los juegos a sus propios intereses y necesidades. Es necesario que el docente respete estas decisiones, siempre y cuando no afecten la integridad de los estudiantes.
Los niños que juegan con libertad aprenden mejor. La autonomía permite que el cerebro se desarrolle con mayor rapidez, pues el niño se acostumbra a resolver problemas de manera natural y adaptarse a su entorno. Recuerda que los mejores juguetes para los niños son cosas que pueda transformar: cajas, telas, bloques, pinturas, papel, etc. Todo lo que le permita crear lo estimulará mejor que un juguete.
Periodista especializada en tendencias e internacionales. Graduada en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en el Popular. Interesada en temas relacionados con el medio ambiente, derecho de los animales, comunidades nativas y apoyo social.