Hay muchas zonas erógenas para las mujeres, incluso algunas que quizás no conozcas. Una zona erógena es cualquier parte del cuerpo que tiene una mayor sensibilidad y puede provocar una respuesta sexual cuando se estimula.
Es que al tocar tales zonas, ya sea con las manos, con otras partes del cuerpo o incluso con objetos, hace que el encuentro se pueda volver aún más sensual y especial, pues la anticipación al acto sexual hace que ambos alcancen mayor excitación.
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Sin embargo, aunque a cada persona le gusta ser estimulada de diferente manera, prueba estos lugares con tu pareja y descubran cuáles les agradan más.
Es uno de los preferidos por ellos y también por nosotras. Es más, a muchas mujeres les fascina cuando un hombre respira cerca de su cuello y lo empieza a besar, ¡se vuelven locas!
Esta zona es sumamente sexy, así que deja los temores en casa cuando salgas con él. Ganarás puntos extra si te pones un delicioso perfume y algún delicado collar que atraiga las miradas a esta parte de tu cuerpo.
La espalda es sumamente erógena. Lo mejor de todo es que, por ser extensa, se puede masajear, besar y acariciar por mucho tiempo. Y si se le aplica un poco de aceite o crema, esta zona se volverá aún más sensible.
Descubiertos son ideales para rozar con los dedos y los labios. ¿A quién no le gusta un rico masaje para liberar la tensión y el estrés del día? El truco es usar tops o vestidos sin mangas de modo que sea fácil para que el galán pueda jugar con ellos.
Por estar tan cerca de la zona genital, es más sensible. Usa una falda o vestido en tu próxima cita para que él pueda jugar por debajo de la mesa sin que los demás lo noten.
No hay nada más sexy que explorar el área alrededor del ombligo. Iniciar un encuentro sexual con besos en el abdomen, acariciándolo y, ¿por qué no?, haciéndole cosquillas, es fabuloso; además, también resulta estratégico por su cercanía a los genitales.
La suave piel que los conforma los vuelve sumamente eróticos. La clave es estimularlos con mucha delicadeza, porque si no, quizá resulte molesto y puede llegar a provocar el efecto contrario. Ya cuando la excitación es mayor, es factible aumentar la intensidad de las caricias y así ¡volverlo loco!
Para algunas personas son muy eróticos, por lo que les encanta jugar con los de su pareja o que les toquen los propios. Pero ¡ojo!, es importante la higiene, y mucho, pues así la experiencia no se volverá algo que termine con la pasión. Sí, estamos refiriéndonos a los pies malolientes. ¡Cuidado!
Este pequeño huesito tiene la capacidad de provocar más lujuria que cualquier otro. Primero que nada, porque la piel que lo cubre es bastante sensible, y segundo, porque se ubica muy cerca de la boca, la ruta perfecta para besarlo sin parar.
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Ambos son una parte muy receptiva del cuerpo, aunque casi siempre se mantienen en el olvido. Te sorprenderá lo rico que se sienten ahí las caricias y los besos. Lo mejor de todo es que también puedes indicar a tu galán cómo y en dónde te gustaría ser explorada .
No olvides que el cerebro es la zona erógena por excelencia, pues ahí surge el deseo al escoger una pareja. Todo nace en una parte de la base llamada VTA, que crea la dopamina dándonos sensaciones de deseo, éxtasis, obsesión, energía y júbilo.
Por ello recuerda decirle que lo deseas, ya sea de viva voz o aplicando el sexting (mensajes, fotos o vídeos de contenido erótico y sexual) horas antes del encuentro y, así, ir prendiendo la chispa sensual.
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