Comer de manera abundante en la noche no es un buen hábito para la salud. La digestión es más lenta, tenemos menos gasto calórico y dependiendo de lo que cenemos, mayores posibilidades de subir de peso y desarrollar varias enfermedades.
Por lo tanto, las porciones deben ser reducidas y balanceadas, a fin de evitar la formación de depósitos de grasa, indigestiones, entre otras complicaciones.
Lo ideal es cenar dos o tres horas antes de irnos a dormir y nada de alimentos muy pesados, picantes o condimentados, una ensalada de vegetales frescos y una porción de carne es suficiente. También puedes optar por frutas.
Una cena ligera es lo más beneficioso. Enfermedades como el reflujo gástrico son más frecuentes entre las personas que suelen exagerar la ingesta de alimentos durante la noche. El insomnio también afecta la calidad de vida de las personas.
Dr. Julio CachayMédico internista de la Clínica Ricardo Palma. www.crp.com.pe
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