Dr. Daniel Espinoza (*)
Médico internista de la Clínica Ricardo Palma.
Quién no ha escuchado a su padre decir: “A lavarse las manos”. Para muchos este mandato resulta incómodo; sin embargo con este acto tan sencillo se puede evitar adquirir y propagar diversas enfermedades.
La influenza, hepatitis viral, tifoidea, enfermedades diarreicas bacterianas, parasitosis, etc. se pueden evitar con un correcto lavado de manos.
Lo importante es inculcar este hábito desde muy temprano, cuando los niños están pequeños.
Los momentos claves son luego de utilizar el inodoro, de estar en contacto con animales, después de taparnos la boca con las manos al toser o estornudar.
También, luego de manipular dinero, después de visitar a enfermos y principalmente antes de comer cualquier alimento.
El acto del lavado debe ser con agua tibia, con un jabón que puede ser corriente o germicida.
Realicen una frotación enérgica, con especial cuidado debajo de las uñas durante 20 segundos. Una estrategia para los niños es cantar toda la canción del Happy Birthday mientras se frotan.
Si están en un lugar público séquense con papel toalla y desechen, manipulen las manijas con papel. Recuerden que estos suelen estar contaminados.
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