Cuando un gato babea es algo que no se suele ver o que resulta extraño a comparación de un perro, que es más común. Puede deberse a enfermedades dentales, envenenamiento corrosivo o envenenamiento por consumo de plantas dañinas.
Por eso, es importante que conozcas los problemas más graves.
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Enfermedades dentales
Según diversos estudios el 75% de los gatos domésticos sufres de esta patología y se sabe que los resultados suelen ser dolor en la cavidad bucal y excesiva salivación, esto puede ocurrir de manera interna o externa.
Fallo renal
En los gatos, los fallos renales pueden ser agudos o crónicos, estos síntomas que presentan los felinos incluyen pérdida de peso, aumento de sed, aumento en la cantidad de orina, una orina diluida, halitosis o mal aliento y salivación.
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Envenenamiento corrosivo
La ingesta de productos químicos de limpieza puede ser tan dañino para los gatos puesto que su hígado no metaboliza como los perros, ya que su cuerpo no logra metabolizar ocasionándoles quemaduras internas en la boza, esófago, estómago e intestino.
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