¿Cómo detectar a un niño deprimido?

La depresión es una de las enfermedades mentales más comunes en el mundo. Todas las personas en cualquier etapa de su vida la pueden presentar. Sin embargo, los niños son más vulnerables ante esta situación porque les resulta más difícil afrontarlo.

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De acuerdo al psicólogo Juan Sánchez, del Complejo Hospitalario Alberto Barton, existen comportamientos característicos de la infancia. Sin embargo, dentro de esa etapa se presentan situaciones adversas que hacen que los niños alteren su conducta. Y, los padres deben saber reconocerlo. 

SIGNOS DE ALERTA

Los cambios se podrían presentar como aislamiento, el no querer ir al colegio, el orinar continuamente en la cama, cambios de humor prolongados, el pequeño se torna con mayor incidencia a ser introvertido, irritabilidad, incluso algunos menores llegan a autolesionarse. 

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Estos son signos de alerta que muchas veces pasan de-sapercibidos por los padres, indica. Ante esto, el especialista recomienda estar más al pendiente de los cambios e incluso a los temores exagerados que presentan los hijos, solo así se podría saber el origen del problema de la depresión.

PREVENIR LA DEPRESIÓN

La enfermedad de la depresión se presenta y desarrolla sin que el padre o madre se dé cuenta. Lo básico que se debe hacer para frenar la depresión es el acompañamiento. Los padres deben estar pendientes de lo que hacen y no hacen sus hijos. También, evitar que el niño no esté muchas horas aislado usando los aparatos electrónicos. Para solucionar esto, es mejor que el pequeño forme parte de un grupo, incluirlo en las actividades de la familia y de sus amigos. Por otro lado, permitir que el niño se desarrolle en actividades de juego que se realizan en su colegio. A través del juego, él podrá expresar sus emociones, desarrollar la creatividad y habilidades, explica el psicólogo Juan Sánchez. 

ENTENDER Y ACOMPAÑARLOS

Muchas veces los padres reaccionan con ojos de adulto y ven las cosas desde su propia órbita por lo que no alcanzan a comprender lo que a sus hijos les está sucediendo, explica Sánchez.  

Un ejemplo claro es cuando el niño le dice a su padre “tengo miedo a” y este le responde con un “no tengas miedo”, esta respuesta es simple y no resuelve el conflicto por el que está pasando el menor. Lo que tienen que hacer los padres ante esto es intentar, comprender y acompañar al hijo hacia aquello que le provoca temor, recomienda el psicólogo. 

El poco tiempo que los padres pasan con sus hijos no les permite darse cuenta de la enfermedad. En ese caso, son los maestros quienes la descubren y no saben afrontarlo.