
Con el uso, la ropa blanca pierde su color y se vuelve amarillenta. Además, las telas blancas suelen ser muy sensibles, por eso es necesario utilizar algunas técnicas para no dañar sus fibras.
Si lo que buscas es blanquear la ropa amarillenta, coloca la ropa en remojo, en una tina con agua, jabón neutro, un puñado de sal y el jugo de dos limones. Deja reposar en la solución una hora, después escurre y que seque al sol.
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Otra forma es poner la ropa en remojo durante cinco minutos en agua con agua oxigenada y unas gotas de amoníaco. Luego lavar la prenda como lo haces habitualmente.
Y para eliminar las manchas amarillentas en las axilas de las camisas, puedes añadir un chorro de vinagre al agua con la que lavas dicha prenda. Deja reposar media hora, lava y enjuaga.
La leche es un producto natural para blanquear y eliminar manchas amarillentas en ropas guardadas y percudidas. Remoja tu prenda una hora en leche fría y recuperará su color original. Enjuagar y lavar bien.
Otra cosa muy importante para mantener la ropa blanca como nueva es no abusar de la lejía para lavar.
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