Hablar es un arte y callar una virtud. Esto quiere decir que ambas acciones son necesarias según las circunstancias. Es tan importante hablar como callar.
Tiempo para hablar
Habla el que ora
Habla el que bendice
Hablar es humano
Hablar es compartir
Hablar es activar
Hablar es decretar
Tiempo para el silencio
En silencio se medita
En silencio se perdona
En silencio acompañamos
En silencio nos reconciliamos
En silencio nos tranquilizamos
En silencio gozamos de la Divina presencia
En el silencio encontramos la habilidad de conectarnos con nosotros mismos, con los demás y con el creador.
El sabio rey Salomón escribió: “Para todo hay un tiempo señalado, aún un tiempo para todo asunto bajo los cielos: [...] tiempo de callar y tiempo de hablar”.
Es necesario pararse de vez en cuando para crear silencio. El silencio no es vacío, ni es ausencia, ni es olvido. En el silencio nacen, crecen, lloran y mueren muchas esperanzas.
“La abeja zumba ruidosamente alrededor de la flor en busca de la miel y, cuando ha entrado dentro de la flor, bebe silenciosamente”.
Es preciso mantener la capacidad de reflexión en momentos de crisis.
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