Alexandra Flores P.Es muy común el estrés escolar en los últimos meses del año, debido a la presión que sienten los niños y adolescentes para sacar buenas notas o aprobar sus cursos.“Los jóvenes pueden sentir ansiedad, nerviosismo, que se incrementa si los padres no están presentes para respaldarlos, aconsejarlos o guiarlos durante sus estudios”, expresa Mirtha Orrillo, psicóloga de la Universidad Católica Sede Sapientiae.RECOMENDACIONESNo exijas a que tu hijo estudie de una determinada forma. A veces cometemos el error de criticar su técnica de estudio, porque nosotros lo hacíamos de niños de forma diferente.“Motívalo a que desarrolle técnicas de estudio, pero no le impongas el tuyo, puede ser subrayando los textos, haciendo mapas conceptuales, estudiando dos horas al día”, explica Orrillo.No caer en el error de creer que ver a su hijo amanecerse unos días antes de un examen es porque está estudiando más.A menudo esto es síntoma de que el niño no tiene un hábito de estudio y pretende aprender todo en un día y de forma mecánica, siendo ineficaz su real aprendizaje.Mantente al tanto de su rendimiento, pide información en el colegio. Si sabes que está mal en un curso conversa con él (ella) tranquilamente y pregúntale qué es lo que le resulta difícil de la materia o le impide aprender mejor de ella.No le exijas a sacar la máxima nota, porque causarás el efecto contrario. Mejor es decirle “hazlo lo mejor que puedas, esfuérzate”. Que sienta la confianza y seguridad en tus palabras.
LA PALABRA ES PODEROSA
Si desde niños incentivas y elogias sus logros, van a crecer motivados por sus metas en los estudios. Nunca les digas “eres bruto, burro”, “no eres bueno en tal o cuál cosa”, porque el menor se lo creerá y crecerá con esta idea, lo que dañará su confianza en sí mismo y tendrá inseguridades a la hora de aprender en el colegio. Motívalo con frases como “Lo haz hecho muy bien, eres muy inteligente”, “tienes talento”, etc.
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