Existen diversos factores por el cual una mujer decide realizarse una ligadura de trompas, sin embargo, muchas después de haberse decidido por este método anticonceptivo quirúrgico; que consiste en cortar las trompas para interrumpir el paso de los espermatozoides, deciden que quieren ser madres, lo cual es posible gracias a la recanalización tubárica.
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La recanalización tubárica, consiste en reconectar la superficie interna de las trompas uterinas, para que los espermatozoides puedan continuar su camino hacia el óvulo y se logre la fecundación.
No obstante, este tratamiento es recomendable para mujeres menores de 38 años, teniendo que evaluarse el tipo de ligadura al que fue sometida; la medida; el estado y otros factores que ayuden a obtener un resultado exitoso.
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En mujeres que tengan las trompas permeables y funcionales de nuevo, cuentan con un 50% de posibilidades de un embarazo espontáneo.
Además, que las posibilidades de un embarazo alrededor de los 38 de forma natural es muy reducida, sumado a la ligadura de trompas y; que no se pueda realizar la recanalización tubárica, sin embargo, si existe el deseo de ser madre, pueden recurrir y lograr un embarazo a través de la Fecundación in vitro (FIV).
Crédito: Babygest
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La FIV es el procedimiento más idóneo para mujeres que se realizaron ligaduras de trompas, esto se debe a que la tasa de éxito de embarazadas oscila entre 60% y 70% en cuanto al proceso de recanalización, donde las probabilidades son menores.
Para el Dr. Julio Dueñas, médico especialista de la Clínica de fertilidad Procrear, “La solución no está solamente en la reversión quirúrgica de la ligadura –cirugía que presenta una tasa muy baja de éxito–, sino en modernos procedimientos que hoy se realizan sin mayores dificultades en medicina reproductiva, mostrando altos índices de embarazo” afirma.
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Para iniciar con la FIV es necesario realizar un chequeo de fertilidad, donde se podrá observar el estado de sus órganos reproductores y, detectar si existe alguna dificultad.
La fertilización in vitro puede darse de cuatro formas; con óvulos propios y semen de la pareja, con óvulos propios y semen de donante, con óvulos de donante y semen de la pareja y, por último, con óvulos de donante y semen de donante.
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