Hay niños que duermen solos y otros necesitan visitar la cama de sus padres. Los motivos van más allá de un mero capricho. Según Mary Castro, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma, cada pequeño tiene su tiempo y forma de hacerlo. La clave es ser perseverantes.
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“También se debe a que hay niños más independientes, quizá más maduros y otros que necesitan aún la supervisión de los padres. Por ello, es importante que papá y mamá tengan paciencia”, explica Castro.
Otro de los motivos por las que no quieren dormir solos es por miedo a la oscuridad o porque la madre no quiere separarse de su hijo.
¿CÓMO APOYARLO?
No basta con pedirle que vaya a su habitación, se puede motivar al niño explicándole que durmiendo en su cuarto tendrá más espacio y estará más a gusto.
“Se puede arreglar la habitación al gusto del menor, realizar actividades en su cuarto, incluso establecer hábitos como la de leer cuentos”, aconseja.
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Además, se le puede dejar una luz tenue en su habitación y, claro, mantener la costumbre de acostarlo a la misma hora.
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