La fusión es un proceso físico que se da en la materia. Consiste en el cambio de estado de sólido al líquido. Para que esto suceda, la materia necesita de una fuente que la provea de calor. Al suceder esto, los átomos reciben el calor y van ganando energía y sus moléculas se incrementan.
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A más calor, más se agitan las moléculas y sus enlaces con otras se rompen lo que produce mayor movimiento y extensión. El término fusión se aplica también al proceso de calentar una mezcla de sólidos para obtener una disolución líquida simple.
Un ejemplo cotidiano de fusión es lo que ocurre cuando exponemos la paleta de helado al sol. El calor que recibe la materia (helado) se transforma en energía, la misma provoca la separación de las moléculas de agua y otras sustancias que contiene el helado. Como consecuencia, este se derrite (regresa a su estado líquido). Algunos aceites que en temperatura ambiente están sólidos y al pequeño contacto con el calor se derriten, es otro ejemplo claro.
Cada año aumenta la temperatura del planeta, provocando el calentamiento del agua bajo los océanos. Esto influye en el deshielo de los polos y de cordilleras. Investigaciones climáticas aseguran que el calentamiento global acelera el derretimiento de las capas de hielo. A este proceso se le denomina fusión de los polos porque el aumento de la temperatura de las aguas hace que la superficie (hielo) se desintegre y vuelva a su estado líquido.
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