La función principal del sistema muscular es generar movimiento y brindar soporte a los huesos y órganos. Así permite que el esqueleto se mueva, mantenga la estabilidad y forma del cuerpo.
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El sistema muscular es responsable de efectuar el desplazamiento de la sangre y el movimiento de las extremidades y hacer que los órganos desempeñen sus funciones.
Existen los músculos esqueléticos que se encargan de la locomoción, los músculos lisos que se localizan en los aparatos reproductor y excretor, en los vasos sanguíneos, en la piel y órganos internos, y los músculos estriados o cardíacos que forman el corazón.
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Se clasifican por el tipo de movimientos que realizan: los de movimiento voluntario controlado por la persona. Los de movimiento involuntario o viscerales están dirigidos por el Sistema Nervioso Central.
El movimiento autónomo cuya función es moverse sin detenerse como el corazón y los intestinos. Los de movimiento mixto, que son controlados por el individuo y el Sistema Nervioso Central, como los párpados.
Los músculos están formados por una proteína llamada miosina, encargada de crear células musculares. Para mantener el sistema muscular sano se debe tener una dieta equilibrada, con pequeñas dosis de glucosa que es la principal fuente de energía para los músculos, realizar ejercicios para mejorar la elasticidad corporal.
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