
Un tiroteo estremeció Manhattan la noche del lunes cuando un hombre armado con un rifle de asalto ingresó a un edificio de oficinas en Park Avenue y asesinó a cuatro personas antes de acabar con su vida. El atacante, identificado como Shane Tamura, de 27 años y procedente de Las Vegas, disparó primero en el vestíbulo del rascacielos y luego subió al piso 33 para continuar con el ataque.
Entre las personas fallecidas se encontraba Dirarul Islam, un oficial del Departamento de Policía de Nueva York que se encontraba cumpliendo funciones de seguridad. También perdió la vida Wesley LePatner, trabajadora de la firma financiera Blackstone, además de dos hombres que aún no han sido completamente identificados. Una quinta víctima fue hospitalizada en estado crítico pero estable.
Según la policía, Tamura habría manejado desde Nevada hasta Nueva York para perpetrar el ataque. Las autoridades señalaron que padecía problemas mentales y portaba una carta en la que responsabilizaba a la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) de sus afecciones neurológicas, atribuidas a una presunta encefalopatía traumática crónica (ETC), una condición cerebral común en quienes han sufrido traumatismos repetitivos en la cabeza.
El edificio atacado alberga oficinas de importantes firmas, incluyendo a la NFL, Blackstone y KPMG. Testigos relataron escenas de pánico: muchos corrieron a refugiarse, mientras que los que se encontraban dentro del inmueble improvisaron barricadas con muebles para protegerse. A las 18:30, la policía activó la alerta por un tirador activo y el área fue cerrada por completo.
La comisionada de policía Jessica Tisch informó que Tamura actuó solo. En su recorrido mortal, mató al agente Islam tras ingresar al edificio, luego disparó indiscriminadamente en el vestíbulo, hiriendo a más personas antes de dirigirse al ascensor. En el piso 33, mató a otra víctima y finalmente se suicidó disparándose en el pecho.
El vehículo del atacante fue hallado estacionado frente al edificio. En su interior, la policía descubrió varios cargadores, un revólver y documentación que confirmaba que las armas estaban registradas legalmente en Nevada. La tragedia provocó el cierre de calles y la suspensión de servicios en pleno centro de Manhattan.
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Testigos como Mama Bouhenni, trabajadora de una cafetería cercana en EE. UU., describieron escenas angustiosas con decenas de evacuados saliendo con las manos en alto. La comunidad expresó consternación por lo ocurrido y rindió homenaje al agente Islam, padre de dos hijos y con un tercero en camino, quien fue reconocido como un héroe por su labor en medio del caos.
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