
Durante más de 40 años, Dick Eastland alertó sobre el peligro latente del río Guadalupe, que bordeaba el campamento familiar que dirigía. A pesar de su belleza natural, el río había mostrado una cara devastadora en múltiples ocasiones. La historia personal de Eastland estuvo marcada por estas amenazas: su esposa, embarazada, tuvo que ser evacuada en una ocasión tras quedar aislados por una inundación en el campamento.
Tras una inundación en 1987 que causó la muerte de 10 niños en un campamento cercano, Eastland impulsó con éxito un sistema de alerta temprana que colocó medidores a lo largo del río Guadalupe. Sin embargo, este sistema fue desmantelado en 1999 por su falta de fiabilidad. Los intentos posteriores de instalar uno moderno, con sirenas incluidas, fracasaron por falta de fondos y apoyo político, a pesar del riesgo creciente en la zona.
La tragedia del 4 de julio de 2025, que dejó 27 muertos —incluyendo al propio Eastland—, puso en evidencia las oportunidades perdidas para prevenir un desastre de tal magnitud. Las zonas más afectadas del campamento estaban dentro de áreas de alto riesgo identificadas por FEMA, y aunque se construyeron nuevas cabañas en áreas menos propensas a inundarse, no se reubicaron las más vulnerables.
Expertos en gestión de riesgos como Anna Serra-Llobet señalaron que los funcionarios del campamento pudieron haber actuado con mayor previsión al construir o mantener estructuras en zonas peligrosas. Aunque algunas edificaciones existían desde antes de la creación de mapas oficiales de riesgo, las expansiones recientes representaron una oportunidad clara para cambiar de ubicación, algo que no ocurrió.
Eastland volvió a integrar la junta directiva de la autoridad fluvial en 2022, desde donde apoyó el desarrollo de un nuevo sistema centralizado para monitorear niveles de agua y responder a emergencias. Lamentablemente, el proyecto no se implementó a tiempo. Su muerte lo convirtió en héroe local, recordado por generaciones de campistas por su entrega y liderazgo, aunque su lucha contra los peligros del río quedará como parte de un legado complejo.
Para muchos en la comunidad, Mystic era un lugar mágico, y Eastland, su guardián. Pero la falta de acción colectiva, tanto del campamento como de las autoridades, convirtió en tragedia lo que pudo haberse evitado. Su nieto resumió el sentir de muchos: "Si no iba a morir por causas naturales, lo haría salvando a las niñas que tanto amó".
Director de Camp Mystic muere como héroe: ignoraron su llamado antes de la tragedia.
Richard "Dick" Eastland, quien compartía la dirección del reconocido campamento cristiano privado Camp Mystic en Texas, falleció el pasado 4 de julio mientras intentaba rescatar a jóvenes asistentes durante las devastadoras inundaciones que azotaron el campamento a orillas del río Guadalupe. La tragedia cobró la vida de al menos 27 personas, entre acampantes y miembros del personal.
Quienes conocían a Eastland no se sorprendieron del todo por lo ocurrido, ya que durante años había advertido sobre los riesgos del área. Como integrante de la Upper Guadalupe River Authority, abogó constantemente por la instalación de sistemas de alerta temprana para evitar desastres de esta magnitud. Su lucha por proteger el entorno comenzó mucho antes de que el gobernador de Texas, Greg Abbott, lo nombrara oficialmente en 2022.
La fatalidad tiene un componente profundamente simbólico: Eastland dedicó su vida a velar por la seguridad de las jóvenes del campamento y, en un acto final de entrega, murió haciendo precisamente eso. Su nieto, George Eastland, expresó en redes sociales que su fallecimiento fue fiel a su esencia: "Si no iba a morir por causas naturales, ésta era la única otra forma: salvando a las chicas que tanto amaba y cuidaba". Hasta el momento, la familia no ha dado información sobre los actos fúnebres.
Periodista especializada en tendencias y actualidad. Licenciada en Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Certificada en SEO y Marketing Digital. Interesada en temas relacionados con tendencia, coyuntura nacional, farándula y más.