La crisis en Bolivia se ha manchado de sangre, han pasado menos de un mes del estallido político-social en el país del altiplano causando, según cifras oficiales, 23 muertos y 215 heridos.
La batalla de los campesinos, muchos de ellos del pueblo andino de Cochabamba y seguidores de Evo Morales, le han declarado la guerra de la autodenominada presidenta de Bolivia Jeanine Áñez.
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Esta batalla, que lleva un mes en Bolivia, aún no se perfila una negociación por parte del gobierno de Áñez, hacia los campesinos, por lo contrario, ha generado más antipatía de parte de los pobladores del Alto Bolivia en recientes declaraciones como: “Sueño con una Bolivia libre de ritos satánicos indígenas. La ciudad no es para los indios. Que se vayan al Altiplano o al Chaco”. Declaraciones que tildan a Áñez de racista.
Según la investigación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a través de su cuenta de Twitter confirma la cifra de muertos y heridos hasta el momento.
"Se totaliza por lo menos 23 personas muertas y 715 personas heridas desde el inicio de la crisis institucional y política”, escribió en su Twitter.
A este hecho se suma el reciente decreto proclamado por el gobierno de Jeanine Áñez, donde exime a los militares de responsabilidades penales "en caso de legítima defensa".
"El grave decreto estimula la represión violenta", manifestó la CIDH.
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