Desde hace más de 100 años se tiene reportes de la existencia de la mundialmente conocida tabla de la Ouija. Sin embargo, en aquellas épocas era conocida como “Ouija, la Maravillosa Tabla que Habla” y tuvo mucho éxito como un juguete mágico que contestaba preguntas de pasado, presente y futuro con mucha certeza.
Esta tabla no era diferente a las que todas conocemos, una superficie plana con las letras del alfabeto en semicírculos, los números del cero al nueve y las palabras "sí, no y adiós", junto con una placa con forma de gota con una pequeña ventana al centro, que es la que se mueve a través del tablero.
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A pesar de que la ouija se remonta a las actividades espiritistas en Europa, el boom en Estados Unidos se dio en el siglo XIX, específicamente en 1848 con las hermanas Fox, que vivían en el norte de Nueva York, quienes aseguraban recibir mensajes del más allá.
En esos años era común tratar de comunicarse con los muertos, no eran mal vistas, al contrario, se podía compaginar con la practica del cristianismo, pues no tenía nada de malo contactar espíritus y menos en una época donde muchos morían jóvenes.
Debido a que muchos querían tener algún tipo de contacto con seres queridos que habían fallecido, la compañía Kennard Novelty, al ver que la tabla funcionaba muy bien, decidió comercializarlo.
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Para ello, Charles Kennard se reunió con varios inversionistas en 1890, entre ellos Elijah Bond (abogado y topografo de Baltimore) para comenzar la compañía. Asimismo, Helen Peters (hermana de uno de los inversionistas, Elijah Bond, y supuesta médium) decidió que la tabla debía llamarse 'Ouija', que significa ‘buena suerte’.
Para lograr patentar la tabla, Helen Peters y Elijah Bond debían demostrar a las autoridades que en realidad la tabla funcionaba. Fue una simple prueba, los espíritus debían deletrear el nombre del encargado de patentes (que, cuenta la leyenda, Peter y Bond desconocían) y si era correcto, la patente era suya. ¿Qué pasó? El 10 de febrero de 1891 lograron la licencia del juguete.
Con el pasar de los años la popularidad de la tabla creció desmedidamente y después de la Segunda Guerra Mundial llegó a vender 50 mil unidades. En 1967 fue adquirida por Parker Brothers y tan solo en ese año se vendieron 2 millones de tablas, ganándole así al clásico Monopoly.
Sin embargo, hubo varios reportes de crímenes donde los autores aseguraban que la ouija les había indicado cometer asesinatos. Fue así que poco a poco se fue convirtiendo en un objeto diabólico, pero fue hasta 1973 con el estreno de El Exorcista, que la gente comenzó a verla como una puerta al infierno. Y gracias a grupos extremistas religiosos, esta leyenda creció.
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