Le roban el celular, pero al ladrón se le cayó el suyo: se vengó subiendo sus fotos privadas a redes

Lo que empezó como un asalto terminó en una historia de venganza digna de una serie de televisión. Gabriel Ávalos, un joven de Ramos Mejía (Argentina), se convirtió en tendencia luego de relatar cómo se vengó de un ladrón tras ser víctima de un robo. Tras una breve lucha, él notó que al asaltante se le cayó su celular, el cual usó para su beneficio.

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“El delincuente subió al colectivo donde estaba, tocó timbre y me sacó el celular de la mano. Cuando me lo sacó, bajé corriendo por instinto. Ni siquiera tuve tiempo de pensar. No sentí miedo. Sentía mucha bronca y adrenalina”, contó al portal La Nación.

Luego de esto, y ya ambos en la vereda, comenzaron a forcejear, si bien el hombre huyó, Ávalos vio cómo el celular del ladrón se le había caído al suelo. Él se lo quedó y se fue a trabajar.

“Cuando llegué al trabajo, intenté rastrear mi celular con la computadora. Mientras tanto, mi compañero estaba intentando desbloquearlo. Probó con 1234, clave fácil, y era esa la contraseña. Comenzamos a ver qué tenía”, detalló.

Ávalos intentó comunicarse con la familia del hombre, todos lo bloqueaban. Sin éxito, optó por una segunda opción, publicar las fotos y videos privados que tenía el asaltante, con la intención de captar la atención de sus conocidos.

“No me quedó mejor y brillante idea que subir las fotos a sus redes sociales. No pensé que se iba a hacer tan viral. Primero subí sus fotos a Instagram, luego a TikTok”, confesó.

Tras varias horas de hacerlo viral en redes sociales, y con su acción llegando hasta los medios argentinos, Gabriel Ávalos contó que cuando finalmente se juntó con el ladrón, este ni le pidió perdón, estaba furioso y solo quería recuperar su celular.

“Me dijo: 'Flaco, no me podés escrachar así. No ves que tengo familia' Me pidió que me calme. Me dijo que me iba a devolver el celular, pero que borre las cosas. Que las borre él. Le lastimas el orgullo y se enojan. Son escoria”, dijo.

Finalmente, ambos jóvenes intercambiaron los teléfonos. Los dos se miraron, retrocedieron y se fueron. Uno obtuvo su celular de vuelta y el otro también, pero, ahora completamente expuesto en internet.