
Una señal extraña, un zumbido constante, voces que emergen de la nada y mensajes en clave que se repiten desde hace décadas. Parece la trama de una película de espionaje, pero es real: una emisora conocida como UVB-76 ha estado transmitiendo desde 1976 desde Rusia, sin que nadie pueda confirmar quién la controla, ni por qué.
En la frecuencia 4.625 kHz, una transmisión ininterrumpida emite un zumbido monótono, repitiéndose hasta 30 veces por minuto las 24 horas del día. El sonido ha variado levemente con los años, pero su esencia sigue siendo la misma: constante, inquietante y sin explicación oficial.
Los primeros registros datan de la era soviética. Desde entonces, la señal ha cambiado de ubicación y ha evolucionado, pero jamás se ha detenido. Los pocos mensajes vocales que han interrumpido los zumbidos han sido tan crípticos como aterradores.
El 24 de diciembre de 1997, los oyentes quedaron atónitos cuando la señal fue interrumpida por una mujer hablando en ruso, quien recitó una serie de nombres y números: “Ya UVB-76. 18008. BROMAL: Boris, Roman, Olga, Mikhail, Anna, Larisa. 742, 799, 14”.
Otros mensajes, con voces diferentes, han sido captados en años posteriores. Algunos parecen lecturas de coordenadas, otros, mensajes codificados. En 2006, investigadores grabaron una transmisión más larga con nombres y cifras imposibles de descifrar. Todo sugiere un sistema de comunicación militar secreto.
Durante décadas, se creyó que la señal provenía de una base militar abandonada en Povarovo, a 40 kilómetros de Moscú. Hoy se piensa que ha cambiado de ubicación, pero sigue dentro del territorio ruso. El misterio solo ha crecido con el tiempo.
Se presume que pertenece a las Fuerzas Armadas de Rusia y que serviría para emitir órdenes a unidades estratégicas o a agentes encubiertos en el extranjero. Otros van más allá y la vinculan con protocolos de respuesta nuclear automática, como un supuesto “avión del juicio final”.

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En septiembre de 2010, los oyentes se encontraron con algo inusual: fragmentos de la famosa sinfonía “El lago de los cisnes” sonando en la frecuencia, seguidos de una voz femenina que recitaba los números del 1 al 9, como si ejecutara un mensaje en código Morse humano.
Desde ese cambio, la ubicación original fue abandonada y se instaló un nuevo transmisor. La señal continúa. El zumbido sigue. Y nadie, absolutamente nadie, ha podido dar una respuesta definitiva sobre su verdadero objetivo.
Entre lo militar y lo paranormal, las teorías son infinitas:
Lo único claro es que UVB-76 no ha dejado de emitir. Nadie responde si llamas. Nadie se adjudica su existencia. Y cada tanto, una voz aparece para recordar que hay alguien o algo al otro lado.
Redactora en la sección de actualidad y mundo del diario El Popular. Bachiller en Periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza, con sólida experiencia en redacción web y creación de contenido digital. Apasionada por los medios, las redes sociales y la locución, especializada en la cobertura de noticias del espectáculo, actualidad nacional e internacional.