Pierre Curie fue célebre por ser un hijo nativo de Francia y su esposa Maria Salomea Skłodowska-Curie (Marie Curie) dejó sus raíces polacas y fue adoptada por los parisinos como uno de los suyos. Allí, Madame Curie tuvo el coraje de demostrar que la ciencia no solo es exclusiva para hombres, lo que abrió el camino para las mujeres científicas del futuro.
El matrimonio Curie presentaba amor, sufrimiento y una poción mágica llamada radio, un bálsamo para la nación francesa, el cual tenía propiedades curativas y prometía curar el cáncer y otras afecciones intratables.
En 1902, un médico del comité del Nobel había nominado a Marie por su trabajo sobre la radioctividad, junto con Pierre y Henri Becquerel, pero ese año no fueron aceptados.
En noviembre de 1903, el comité del Premio Nobel anunció que los Curie, junto con Henri Becquerel, habían ganado el prestigioso premio de física por su trabajo con la radioctividad. Marie fue casi excluida de ganar el premio, simplemente porque era mujer.
Tres de los miembros del comité estaban lo suficientemente familiarizados con el trabajo de los Curie para saber perfectamente que fue Marie quien descubrió la radiactividad sin ayuda de nadie. Pese a ello, afirmaron que Pierre y Henri Becquerel habían “trabajado juntos”. Era la peor pesadilla de Marie hecha realidad.
Cuando Pierre se enteró lo ocurrido obligó al comité a agregar el nombre de Marie a la nominación y les dijo que no aceptaría el premio sin ella. Sin embargo, todavía no fue tratada como un igual, y cuando se entregaron los premios, Henri Becquerel recibió 70 mil francos de oro, mientras que Marie y Pierre recibieron una sola suma de la misma cantidad para compartir.
El gobierno francés le ofreció la medalla de la Légion d'Honneur, pero rechazó el premio, afirmando que necesitaba un laboratorio, no una condecoración.
Finalmente persuadió a la Universidad La Sorbona para que le ofreciera un mejor espacio de laboratorio en su anexo, el Instituto de Química, Física y Ciencias naturales (PCN), y más fondos. Allí, Marie fue nombrada jefa de laboratorio, pero no se le ofreció un lugar en la facultad.
Los prejuicios de la gente de aquellas épocas llevaron a discutir si una mujer podía ser una buena esposa y madre mientras trabajaba fuera del hogar. Cuando los reporteros llegaron a la residencia de los Curie y encontraron a Marie en el laboratorio, la llamaron ‘mala madre’.
Era difícil para los tradicionalistas imaginarse una mujer trabajando codo con codo con su esposo hacia un sueño común, aunque ambos estaban fascinados con combinar la ciencia mezclada con el amor.
Marie sufrió terriblemente tras la inesperada partida de Pierre, quien falleció tras ser arrollado por un carruaje. Con dos niñas a su cargo, tuvo que sacar adelante su hogar y sus proyectos científicos.
En 1911, Marie inició un romance con el alumno de su esposo, Paul Langevin, quien tenía una familia. El hecho la llevó a ser juzgada por los parisinos y de casi perder el Premio Nobel de Química.
El comité del Nobel le instó a no acudir a la ceremonia de entrega, pero ella se negó y acudió con sus hijas. Madame Curie argumentó que un asunto personal no podía interferir con su gran recorrido profesional. “Creo que no hay ninguna conexión entre mi trabajo científico y los hechos de mi vida privada”, escribió en una carta.
Periodista y diagramadora. Workaholic por placer. Amo la música, los libros y el café sin azúcar. Me interesan los temas culturales, sociales y científicos.