La cirugía estética es un procedimiento al que muchas mujeres y hombres se someten a diario, tal es el caso de Paula Flores, una mujer en México que ahorró durante dos años de su vida para regalarse un aumento de glúteos, sin embargo, terminó en un hospital luego de que le inyectaran aceite para carros.
Fue entonces que llegó a una clínica donde fue sometida a una gluteoplastia, sin embargo, tiempo después empezó a experimentar síntomas que no estaban dentro de lo normal. Según narró, todo empezó con dolores, fiebre y una deformidad en su trasero.
Aunque pensó que podía tratarse de la cirugía, tuvo que ser trasladada a un hospital de emergencia para intervenirla. El diagnóstico de los médicos no fue nada alentador tras descubrir que le habían inyectado sustancias apócrifas en los glúteos, entre esas, aceite para coche.
Paula relató que tenía 750 mililitros de esa sustancia en sus glúteos, lo que generó una severa inflamación en la zona. “Me pusieron 750 mililitros de cada lado, entonces se me inflamaron totalmente”, precisó al medio N+.
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Paula denunció la negligencia ante las autoridades pertinentes, quienes descubrieron que el personal que la atendió no estaba especializado en cirugía plástica sino en “medicina estética”, o estética profesional.
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