Un volcán en la península de Reykjanes, en Islandia, entró en erupción el pasado 19 de marzo. Aunque la actividad volcánica ha disminuido un poco es considerado un peligro para la población que vive en los alrededores, indicó la Oficina Meteorológica de Islandia (OMI).
La erupción actual es “pequeña” y la “actividad volcánica” ha “disminuido un poco” en el área, dijo la agencia en Twitter. La fisura eruptiva tiene aproximadamente 500 a 700 metros de largo y el área de lava abarca menos de un kilómetro cuadrado.
A pesar de esta reducción en la actividad, los flujos de lava todavía representan un “peligro local”, indicó la OMI. “No se espera que la contaminación por gas cause muchas molestias a las personas, excepto cerca de la fuente de la erupción”, agregó la agencia.
La OMI continúa monitoreando las emisiones de gas luego de la espectacular erupción del viernes que hizo que las autoridades alejaran a los ciudadanos de la carretera principal de Reykjanesbraut.
Asimismo, expresaron su preocupación sobre la proximidad del volcán al aeropuerto principal del país, el Aeropuerto Internacional de Keflavik, que está a solo 25 minutos en auto de la península.
El Departamento de Protección Civil y Manejo de Emergencias de Islandia recomendó que las personas que se encuentren a varias millas del volcán cierren sus ventanas y permanezcan adentro para evitar los efectos del gas volcánico en el aire.
“Se está evaluando el estado y la cantidad de emisiones de SO2 (Dióxido de azufre) de la erupción”, indicó la entidad. De acuerdo a la OMI, la erupción se produce después de semanas de mayor actividad sísmica en la península, con unos 400 movimientos sísmicos detectados en la región solo el jueves 25 de marzo.
“Esta es una actividad algo menos sísmica en comparación con las mañanas anteriores, donde las cifras han sido de alrededor de mil terremotos”, indicó la OMI.
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