El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha recalcado que, con independencia del relevo en la Casa Blanca, Estados Unidos es el “mayor enemigo” de su país y ha prometido un mayor desarrollo de sus armas de destrucción masiva para disuadir a Washington, informaron hoy medios estatales según EFE.
El mandatario esperó hasta el cuarto día del congreso del partido único que se celebra en Pionyang para mencionar a EE. UU. y transmitir la idea de que, al menos de cara al público, Corea del Norte mantiene intacta su postura en el proceso para negociar un desarme y un tratado de paz.
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El dictador norcoreano remitió una declaración de intenciones de cara al próximo estreno de la Administración del presidente electo estadounidense, Joe Biden, asegurando que su Ejército no ha dejado de ampliar y sofisticar su arsenal pese al proceso de diálogo abierto en 2018 y que está preparándose para probar nuevo armamento.
De acuerdo con EFE, Kim aludió por primera vez al cambio de mando en la Casa Blanca, asegurando que la política de EE. UU. para con su país permanece inamovible “independientemente de quien está en el poder”.
Asimismo, instó a Washington a retirar las sanciones internacionales a Corea del Norte y defendió la necesidad de “fortalecer constantemente la más poderosa disuasión” para proteger su país.
En ese sentido, alabó los últimos avances armamentísticos cosechados por el Ejército Popular, incluyendo el enorme y nuevo misil intercontinental exhibido en un desfile el pasado octubre y presumió de la preparación de un nuevo diseño para submarinos de propulsión nuclear (la actual flota usa diésel).
Por último, subrayó además la necesidad de mejorar “las capacidades de ataque nuclear preventivo y de contraataque” de cara a poder “atacar y destruir objetivos estratégicos dentro en un rango de 15.000 kilómetros”.
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