De acuerdo a las recientes investigaciones de la NASA, el cometa interestelar 21/Borisov, que fue detectado en nuestro sistema solar el año pasado y que se acerca a la Tierra, ha sorprendido por su composición química.
Astrónomos de la agencia espacial estadounidense se llevaron una sorpresa con su inusual apariencia. El objeto pudo haberse formado de manera diferente a los demás en una zona externa extremadamente fría.
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Este 'misterioso visitante' de las profundidades del espacio le ha dado a los científicos una oportunidad sin precedentes para compararlo a otros cometas que se formaron en torno al Sol, según la BBC.
El equipo internacional de investigadores, dirigido por los científicos planetarios Martin Cordiner y Stefanie Milam del Centro de vuelo espacial Goddard, descubrieron que el gas proveniente del cometa contenía más monóxido de carbono (CO) del que se había detectado en cualquier otro cometa que se encontrara a menos de 2 unidades astronómicas del Sol (menos de 300 millones de kilómetros).
La concentración de CO en el gas proveniente del 2I/Borisov fue entre 9 y 26 veces mayor que en un cometa promedio en nuestro sistema solar, según el estudio, publicado este 20 de abril en Nature Astronomy.
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"El cometa debe haberse formado a partir de material muy abundante en hielo de monóxido de carbono, que sólo está presente a las temperaturas más bajas que se encuentran en el espacio, por debajo de los -250 grados Celsius", explicó Milam en un comunicado.