Texto: Harry González
Fotos: Giancarlo Contreras
Se hizo mujer frente a la playa de Pimentel entre el ruido de las olas, y ahora que enfrenta una inmensa ola de críticas en Esto es guerra por su bajo rendimiento físico, la popular “chibola” asegura que no se rendirá.
—Como toda norteña, ¿tienes buena sazón?
—Tengo buen diente. No tengo buena sazón porque no cocino. Cuando me case quiero que mi esposo cocine. A mí me enamoran con la barriga (ríe).
—¿Renzo (Costa, su pareja) te ha cocinado?
— ¡Claro! Le gustan mucho las pastas. Sus pizzas son bien ricas. Siempre me sorprende con un plato de pizzas y las hace con mucho amor.
—¿Te incomoda que te llamen “chibola”?
— Antes sí. En Chiclayo me maquillaba bastante y me vestía para verme mayor. Pero ahora firmo autógrafos como la “chibola” y me agrada. Siempre quise ser mayor porque estaba rodeada de adultos y no quería verme como una niña.
—¿No tendrías una pareja menor que tú?
— No soy chibolera. Siempre estuve con alguien mayor que yo. No los busco, es el destino.
AMOR POR EL FACEBOOK
—¿Tu relación con Renzo nació en internet?
— Sí, lo conocí a través de Facebook. Tuvimos un chateo durante dos meses. No sabía quién era, aunque teníamos amigos en común por el modelaje. Pero lo que más me gustó fue su personalidad.
—¿Cuál fue el detalle que te convenció para aceptarlo?
— Que Renzo viajara a Chiclayo para conocer a mi familia. Pasó el examen de mi mamá (ríe). Él tiene una agenda ocupada, y el hecho de que se hizo un espacio por mí, me gustó bastante.
—¿Complica los 22 años de diferencia de edad?
— No me enamoré de un hombre de 40. Me enamoré de Renzo como persona. Es mi mejor amigo y no siento que él tenga 40 años y yo 18. Lo he rejuvenecido. Somos una pareja bien activa.
NO RENUNCIARÁ A REALITY
—¿Cuál es el juego más complicado para ti?
— El juego de la ratonera con ligas me sacó bastantes moretones en la pierna. Me hizo ver a Judas.
—¿Has pensado en renunciar al reality?
—No, yo sabía que me iba a costar, pero no me rindo y seguiré luchando.
—¿Cómo tomas las críticas?
— Las tomo bien y las entiendo, pero me estoy esforzando. Si los guerreros me reclaman lo hacen por la adrenalina del juego, hay una fuerte presión y nervios.
NO ES PITUCA
Dice que en Chiclayo existe el mito de que las chicas de Pimentel son pitucas. “Muchas veces me llamaron de tal manera, pero no soy pituca por mi apariencia. Me puedes ver comiendo en un restaurante A-1 como en un puestito del mercado. Yo solía comer mis cebiches de 5 soles y no soy una creída”, afirmó la ex reina de belleza.
Restoart Santa Diabla. Prolongación San Martín 110, Barranco. Teléfono: 249-4619.
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