
Las líneas de Nazca, también conocidas en el mundo científico como geoglifos, son uno de los más importantes legados de las culturas preincaicas. Fueron declaradas Patrimonio Histórico y Cultural de la Unesco el 17 de diciembre de 1994.
Sobre sus arenas exponen enormes figuras geométricas que en perfecta armonía componen dibujos de animales, plantas, objetos, seres humanos y dioses. Incomparables en extensión, magnitud y diversidad. Los más representativos son los dibujos de colibríes gigantes, cóndores, garza, grulla, pelícano, mono, araña, caracol, un perro con patas y cola larga, etcétera.
Otra cultura preínca patrimonio de la humanidad es Chavín de Huántar, con su representativo templo y cabezas clavas. Descubierto en el siglo XX por el arqueólogo Julio C. Tello entró en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 1985, destacando la iconografía y visión de esta cultura a través de esculturas de piedra como el Lanzón Monolítico, el Obelisco y las Cabezas Clavas.
La investigadora más conocida de las líneas de Nasca es la arqueóloga alemana Maria Reiche. Sin embargo, el primero en descubrirlas fue el antropólogo estadounidense Paul Kosok. Ambos sostenían la hipótesis de que se trataba de un calendario astronómico. Son unas 800 figuras de un yeso blanquecino. Algunas miden 275 m.
El dato
La cultura Chavín fue una civilización preincaica que se desarrolló durante el Horizonte Temprano entre los años 900 a.C. hasta el 300 d.C.
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