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Rusia ataca Ucrania: cuando la guerra manchó a la pelota

Varias veces el balón dejó de rodar a causa de las guerras.

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Mientras la selección argentina se preparaba para jugar el Mundial de España 82, las tropas argentinas desembarcaban en las Islas Malvinas, iniciándose el conflicto bélico con el Reino Unido.

Durante estos días el mundo vive tensionado por la guerra que se desató en Ucrania, tras la invasión rusa generando muerte y destrucción. Recordamos algunos episodios, en los que la guerra salpicó al fútbol.

Hitler y el mundial

En 1938, pese al ambiente tenso que se vivía e Europa por el antisemitismo de la Alemania Nazi de Adolfo Hitler, la FIFA decidió que se realice la Copa del Mundo en Francia, donde Italia se coronaría bicampeón.

En esa época, el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, conocido como el Partido Nazi, se armaba para iniciar una guerra. Curiosamente, tres años antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, Alemania solicitó a la FIFA organizar el Mundial de 1942.

En los siguientes años, los germanos hicieron gestiones ante otros países para obtener el respaldo y en 1938 Alemania lanzó formalmente su cadidatura, pero la FIFA tomaría la decisión en 1940.

Sin embargo, la guerra estalló en setiembre de 1940, cuando Alemania invade Polonia. Pese a ello, la FIFA mantuvo la idea de que el mundial debía realizarse considerando que futbolísticamente no habían diferencias entre los países neutrales y los belicosos.

La reunión para darle a Alemania la sede del mundial se celebraría en Luxemburgo, en mayo de 1940, pero debido a la expansión de la guerra en Europa se decidió cancelar la Copa del Mundo de 1942.

Culmina la guerra en 1945, la FIFA esperaba que la Copa del Mundo vuelva a jugarse, pero fue imposible por lo devastado que quedaron los países europeos.

El 1 de julio de 1946, la FIFA realizó el congreso en Luxemburgo, donde se eligió a Brasil como sede del Mundial 1950 y Suiza 1954. Igualmente, prohibió a Alemania participar del mundial de 1950 por ser causante de la Segunda Guerra Mundial.

El partido de la muerte

Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de prisioneros ucranianos, integrado por ocho jugadores del Dinamo Kiev, formaron parte de un equipo que venció 5-1 a Luftwaffe, la fuerza aérea alemana. Los nazis pidieron la revancha que se jugó una semana después en el conocido “partido de la muerte”.

En el entretiempo, con el 2-1 a su favor, la SS ingresó al vestuario y les ordenó que se dejen ganar para evitar la humillación. Pero el cuadro ucraniano no hizo caso y ganó 5-3.

Semanas después, gran parte de la plantilla ucraniana fue arrestada, torturada y desaparecida por la Gestapo.

Ese episodio sirvió de inspiración para la realización de la película Escape a la victoria, donde actúan Pelé, Oswaldo Ardiles, Booby Moore, entre otros.
Para mantener viva la memoria, en el estadio Zenit de Kiev, hoy llamado Estadio Start, fue erigido un monumento.

Las Malvinas

El 2 de abril de 1982, mientras la selección argentina con Diego Maradona se preparaba para jugar el Mundial de España, las tropas argentinas desembarcaban en las Islas Malvinas, iniciándose el conflicto bélico con el Reino Unido.

Para la junta militar, encabezado por Leopoldo Galtieri, y la FIFA, era importante la participación de Argentina en el mundial. Hubo seleccionados que pensaron no jugar, pero finalmente decidieron participar alegando que era para darle una alegría en la cancha a sus compatriotas.

Argentina debutó perdiendo 1-0 ante Bélgica, el 13 de junio, y al día siguiente el Gobierno argentino firmaba la capitulación.

Años después, en 2001, Daniel Passarella habló sobre el tema. “No debí haber jugado el Mundial del 82. En Malvinas muchos chicos murieron y yo, como capitán, debí hacer algo para que no entráramos a la cancha”, acotó.

Modric sobreviviente

La guerra de Croacia, en su afán de independizarse de la ex Yugoslavia, estalló en 1991 y se prolongó durante cuatro años. Luka Modric fue una los sobrevivientes y vivió en carne propia los horrores del conflicto bélico, como presenciar la ejecución de su abuelo.

El hoy capitán de la selección de Croacia tuvo que huir con su familia a Zadar esquivando minas. “Mis padres nunca hablaron con mi hermano o conmigo sobre la guerra, ya que ellos perdieron mucha gente que amaban. Nosotros tuvimos suerte”, escribió Modric en un artículo publicado en la prestigiosa publicación The Player’s Tribune.

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