Igual que medio Perú, José Soto sufre al ver que su querido Alianza Lima acaba de descender a Segunda División. El hoy entrenador del Juan Aurich, en conversación con el programa 'Habla Sensei', analizó la crisis del equipo victoriano y de lo que le espera en el torneo de ascenso.
¿Qué sientes por el descenso de Alianza?
—Siento una tristeza enorme, un momento difícil. He llorado en la intimidad. Con los muchachos del Aurich hablaba del tema y me decían que no bajaba Alianza, pero yo lo veía mal. Tenía un mal presentimiento, veía mucha confianza y creían que se iban a salvar.
¿En qué momento sentiste esa mala espina?
—Hace cinco partidos muchos decían que Alianza no se iba. Sin minimizar a los rivales, hay jugadores acostumbrados a pelear el descenso.
¿Qué crees que pasó?
—Hablaba con César Cueto y coincidíamos. Hubo mucha soberbia. No querían escuchar a nadie. Muchos pensaban que se iban Stein, Cantolao, Llacuabamba, Grau, pero nadie se dio cuenta de Alianza. Recién se dieron cuenta cuando perdieron con Boys.
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¿Cómo calificas la campaña?
—A Alianza le dieron tres puntos en mesa por Binacional y a Stein le quitaron uno. La campaña de Alianza fue desastrosa en la cancha. No sean malos. Para que pasen tres entrenadores algo debe haber pasado.
¿La disciplina se negocia?
—En todos los equipos del mundo la disciplina no se negocia. Antes nos podíamos tomar dos o tres cervezas y con eso nos alcanzaba, hoy no porque el futbolista vive de su físico.
¿Qué complicado es jugar en Segunda?
—Yo vengo dirigiendo desde el 2014 en Segunda con Mannucci, Alianza Huánuco, Espinar, Hualgayoc, Aurich. No sabes cómo es la Segunda, es muy complicada. Ahora por la pandemia se juega en Lima.
¿Qué es lo más difícil?
—Hay largas horas de viajes en bus. Las canchas no son las mismas, los camarines, a los hoteles les bajan las estrellas. Se baja el ritmo de juego. La presión de Alianza en la Liga 2 será complicada. La historia te dice que tienes que subir al año siguiente, pero el 2021 habrá más equipos y la situación será diferente.
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¿Cómo ves lo que se le viene a Alianza?
—Alianza la tiene cuesta arriba, tiene que reestructurar todo. Esa son las consecuencias que trae una mala gestión. No habrá torneo de reservas, dónde estarán los chicos.
¿Qué te parece que haya jugadores que quieren volver a jugar por Alianza en Segunda?
—Tienen que venir los que verdaderamente quieren matarse por el equipo. La actitud no se negocia.
El 2008 cuando salvaste a Alianza del descenso, ¿sentiste temor de irte a Segunda?
—Ese año me llamaron para dirigir los últimos tres partidos. Estábamos cagados. Cuando íbamos al estadio y vi la hinchada en la Vía Expresa, les dije a los jugadores “hay que matarse”. Y esa vez el equipo tuvo personalidad, carácter, lo que no tuvo ahora.
¿Si te llaman para dirigir a Alianza, aceptarías?
—En este momento me debo al Juan Aurich y pienso lograr el ascenso.
¿Pero al menos aceptarías conversar con los dirigentes de Alianza?
—Todo lo que se refiere a Alianza estoy dispuesto a colaborar. Vamos a ver qué sucede.
¿Qué le dirías al hincha de Alianza?
—Estamos con un gran dolor. Este momento quedará marcado en la historia. No se gana nada actuando con violencia. Hay que mantener la calma y estar unidos. Este dolor no va pasar nunca. Si no fuera por la hinchada Alianza no sería el más grande duela a quien le duela. Y en cualquier lugar del Perú y del mundo, ¡Arriba Alianza, carajo!