Una genialidad de Kylian Mbappé le dio a Francia el triunfo 1-0 sobre Suecia y debutar con el pie derecho en la Liga de Naciones de Europa.
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Empeñado en dar la razón a los números, que aseguraban que el equipo francés tan sólo había sido capaz de ganar en una de sus últimas cinco visitas a Suecia, los de Didier Deschamps facilitaron enormemente las cosas a su rival con su lentísimo ritmo de juego.
Faltos de velocidad y, sobre todo, de claridad en la circulación de balón, el conjunto francés no fue capaz de conectar durante la primera hora de juego ni en una sola ocasión con la tripleta ofensiva que conformaron Kylian Mbappé, Antoine Griezmann y Olivier Giroud.
Todo un alivio para el conjunto sueco, al que le bastó con su tradicional solidez, para controlar con absoluta facilidad las escasa y previsibles acciones ofensivas de los campeones del mundo.
De hecho, tan cómodo se sintió el equipo sueco ante la falta de peligro del conjunto francés, que poco a poco se fue olvidando de las precauciones defensivas para buscar la portería rival
Aunque, eso sí, sin tampoco mucho peligro, como evidenció la facilidad con la que el portero Hugo Lloris detuvo a los 21 minutos el remate del defensa Victor Lindelöf a la salida de un córner.
Mucho más clara fue la siguiente ocasión del conjunto sueco, que a punto estuvo de adelantarse a los 38 minutos de juego en un balón a la espalda de los centrales franceses que Marcus Berg no supo resolver ante la salida de Lloris.
Pero si al delantero sueco le faltó calidad y acierto para abrir el marcador, todo lo contrario ocurrió tres minutos después, en el caso del atacante francés Kylian Mbappé.
El delantero del París Saint-Germain rompió la monotonía del juego francés con una acción individual, en la que tras hacer un caño y llevarse a dos rivales resolvió con un preciso zurdazo que se coló entre el palo y el cuerpo del portero sueco Robin Olsen.
Un chispazo de Mbappé que no sólo sirvió para que los galos se adelantaran en el marcador, sino para que finalmente se alzaran con la victoria.