Una ceremonia inaugural sin precedentes es lo que han prometido los organizadores de los Juegos Olímpicos Río 2016.
En opinión de sus responsables, después de la "elegancia" que mostró la de Londres 2012, la "grandiosidad" de Pekín 2008 y el "clasicismo" de Atenas 2004, la ceremonia de Río "no será nada opulenta" y mantendrá hasta última hora como gran secreto el nombre de quién será el encargado de encender el pebetero.
En conferencia de prensa -realizado el último jueves- se brindó algunos detalles del evento, que tendrá tres pilares, "el jardín, la diversidad y la alegría", rasgos que reflejan la realidad de Brasil.
"Queremos trasladar un mensaje de tolerancia, hay mucha tensión en el mundo, invitar a buscar las similitudes entre nosotros y a parar los ataques al planeta. La raza humana y el planeta están bajo amenaza", dijo Meirelles, director de la película "Ciudad de Dios", quien junto a sus compañeros quiso desvincular la política de la ceremonia.
El césped de Maracaná, un estadio cuyas dimensiones han condicionado el montaje escénico, acogerá el desfile de unos 12.000 deportistas, en el que hay previstas sorpresas que los creadores no quisieron desvelar.
Pese a que por medidas de seguridad no se dio a conocer cuántos jefes de Estado estarán presentes, se informó que está previsto que 3.000 millones de personas sigan la transmisión de televisión en directo.
Los fuegos artificiales tampoco faltarán en las casi cuatro horas de duración de un acontecimiento que pretende emocionar a los asistentes con los 5.000 voluntarios que colaborarán y los 300 bailarines y 200 músicos profesionales que intervendrán en el show. (con información de EFE)
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