Ni el Misti quiso estos días molestar a nadie, más bien, dejó que la Ciudad Blanca -como para no perder la costumbre- sienta retumbar su territorio, pero con la explosión de los hinchas del FBC Melgar.
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Entonces, llegado el momento, así fue. El Dominó alcanzó ayer el segundo título de su historia como profesional tras derrotar 3-2 a Cristal.
El domingo ya había dado el primer paso, el 2-2 en el Estadio Nacional de Lima le dejó un paso adelante en la pelea con Cristal.
34 AÑOS DESPUÉS
El Monumental de la UNSA fue elegido escenario para la final. Y estuvo vestido casi todo de rojo y negro. De fiesta y esperanza.
Para el equipo del Cabezón Reynoso era la oportunidad de darse la mano otra vez con la historia, de cumplir el sueño que el club de la calle Consuelo había esperado 33 años desde su entonces única vuelta olímpica.
Aquella vez ocurrió en 1981, cuando el León del Sur tenía como entrenador al desaparecido Máximo Carrasco y como figuras a los hermanos Neyra (el “Chivo” Ernesto y Genaro), Obando, Bustamante, Ramírez, Gutiérrez, Benigno, Pérez, entre otros.
Hoy, son Cuesta, Arce, Zúñiga, Fernández, Galliquio, Quina, Álvarez, Montaño...
En 1981, el Chivo Neyra marcó el gol del empate (1-1) contra Cristal en el Nacional que le valió la corona.
Y ayer fue Cuesta el que le dio la victoria (3-2) ante el equipo rimense de estos días y otra vez el título se hizo realidad y toda la Ciudad Blanca y alrededores retumbaron de tanta felicidad, al pie del orgulloso Misti.
En el año de su centenario, Melgar se coronó como el mejor equipo del fútbol peruano. Mejor no pudo salir.
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