En el dinámico escenario empresarial, las relaciones interpersonales entre colegas pueden tejer una compleja red de conexiones que va más allá de lo estrictamente laboral. Esta cuestión, que se adentra en el terreno delicado de la vida privada de los empleados, plantea desafíos éticos, legales y de gestión para las organizaciones.
Entretejidas con el tejido de proyectos profesionales y metas compartidas, las relaciones amorosas entre los trabajadores añaden un matiz único al dinámico escenario empresarial. En la siguiente nota, te contamos qué dice la Constitución Política del Perú sobre las relaciones amorosas en el trabajo.
Podrás ver dentro de la nota:
De acuerdo al artículo 2, inciso 1 y 23 de la Constitución Política del Perú, se detalla que ninguna relación laboral puede limitar un derecho constitucional, por lo cual los empleadores no pueden prohibir las relaciones amorosas entre sus trabajadores.
Sin embargo, las empresas a través de su código de ética, reglamentos y políticas internas pueden determinar ciertos límites a los empleadores que tengan una relación afectiva y así evitar conflicto de intereses.
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El especialista en derecho laboral, Raúl Saco, comentó a La República que si un trabajador tiene una relación afectiva con una compañero de trabajo no puede ser motivo para ser notificado como despido en su centro de trabajo, siempre y cuando no se produzca un problema como trato de favores que ocasione un declive en la imagen de la compañía.
No obstante, el empleador puede tomar medidas sancionadoras o incluso despedir a la pareja cuando se registre algún tipo de conflicto de intereses y perjudique el rendimiento de los demás trabajadores. El abogado detalla que es posible un despido, pero todo dependerá de las situaciones concretas que se registren y vulneran el reglamento interno de cada empresa.
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Si las relaciones amorosas afectan negativamente el ambiente laboral, la productividad o generan conflictos, algunas empresas podrían considerar la implementación de políticas para manejar estas situaciones. Sin embargo, estas políticas deben ser sensibles y respetar los derechos de los empleados.
En ciertos entornos laborales, como aquellos con jerarquías estrictas, las relaciones amorosas entre supervisores y subordinados pueden plantear problemas de conflicto de intereses o favoritismo. En estos casos, algunas empresas establecen políticas para gestionar estas situaciones.
Periodista especializado en actualidad, vida y deportes. Bachiller en Periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactor en El Popular. Interesado en temas relacionados como economía, coyuntura nacional e internacional, trucos caseros y educación.