La ciudad aymara de Juli, al sur de la ciudad de Puno, fue escenario de un nuevo enfrentamiento entre ciudadanos y militares del Ejército peruano, en el marco de las protestas contra la presidenta Dina Boluarte.
Indignados porque sus paisanos fueron reprimidos en la capital, cientos de aymaras de dicha localidad, se movilizaron este sábado 4 de marzo, pidiendo que el Ejército y la Policía Nacional, se retiren de la zona acusándolos de ser los responsables de las muertes registradas en el país. Con arengas advertían que su presencia es una ofensa después de todo lo que sucedió en Juliaca, Ilave, y Carabaya.
Los manifestantes bajaron desde el centro de la ciudad hasta lo que hace años era el hotel de turistas, muy cerca a orillas del lago Titicaca, en cuyo interior estaban acantonados decenas de militares. Los uniformados al verse rodeados abrieron fuego durante casi media hora.
“Han reprimido de nuestros paisanos. No queremos que estén acá. Para nosotros es una ofensa. Encima que les dan bono después de matar a peruanos, ahora quieren someternos. Eso no lo vamos a hacer y no lo vamos a aceptar de ningún modo. Que se vayan. Acá las rondas campesinas son más afectivas. Se tiene que ir. Nunca hemos necesitado de militares. Esos no producen nada. Que se vayan”, aseguró Nilo Colque, dirigente de la ciudad de Juli.
Al menos doce militares fueron rodeados y retenidos por casi una hora en la plaza de armas de Juli. Los uniformados dialogaron con los comuneros y les explicaron que ellos tampoco están de acuerdo con el militarizar Puno, pero la orden viene del más alto nivel gubernamental. Se quejaron del maltrato de sus superiores por la diferencia de alimentación y propinas. Habrían confesado además que si los trajeron hasta Juli, fue para romper las huelgas, según narró Colque. Con esa versión los dejaron libres, tras precisar además que por cada acción que ejecutan sus superiores tiene más bonos.
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El momento más tenso fue cuando desde un helicóptero literalmente bombardeó con gas lacrimógeno la ciudad de Juli, desde el aire, para dispersar a los comuneros en la población en general. Paralelamente unidades blindadas se movilizaron desde Pomata hasta la ciudad de Juli. Durante casi una hora entre las 12:00 y las 14:30, la ciudad de Juli, vivió en medio de disparos de balas disparadas por el Ejército.
Los comuneros acordaron que después de lo sucedido sí o sí el Ejército y la Policía Nacional, tiene que retirarse de la zona porque su presencia provoca porque representan a un gobierno al cual rechazan y es ilegítimo.
“Nos vamos a unir más. Pero esto no se va a quedar así. Estamos pidiendo apoyo a todas las comunidades. Pero sí o sí se van. No los queremos. Esto no va a parar. El gobierno no nos va arrinconar”, aseguró a La República, Marcelina Quispe Toro, de la zona lago de Juli.
La Red de Salud de Juli, informó que se registraron cinco heridos. Estos fueron identificados como Julia Mamani Anchapuri (62), Sofia Montura Llanqui (42), Mauro Córdoba Calla (47) Pastor Callacondo Ticona (48), y Sabino Fernández (73). Todos heridos de bala.
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