Investigación destapa un linaje desconocido del papa León XIV que se remonta siglos atrás

Un reciente estudio genealógico en Cantabria ha desatado curiosidad y cierto revuelo. Según la investigación, el papa León XIV, cuyo nombre de nacimiento es Robert Francis Prevost, tendría un vínculo directo con la localidad costera de Isla, en el municipio de Arnuero, al norte de España. El hallazgo confirma lo que The New York Times publicó en junio, aunque la noticia llega acompañada de matices y una evidente estrategia local para capitalizar el descubrimiento.

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¿Cómo se rastreó el origen del papa hasta el siglo XVI?

El diario estadounidense, con la colaboración de American Ancestors y el Cuban Genealogy Club de Miami, elaboró un árbol genealógico que ubica a los antepasados del pontífice hasta el siglo XVI. Cuatro de sus tatarabuelos de undécima generación figuran como hidalgos en el censo histórico de Isla.

Uno de sus descendientes, Diego de Arana Valladar, fue capitán de la Real Armada española, combatiendo a corsarios que buscaban apoderarse de posesiones coloniales portuguesas en América.

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¿Qué dice el Ayuntamiento de Arnuero sobre el hallazgo?

El alcalde de Arnuero, José Manuel Igual, declaró que la investigación “confirma palabra por palabra” lo publicado por The New York Times. El estudio fue realizado por María José Lavid García Castanedo, del Centro de Estudios Montañeses, quien aseguró que las cinco primeras generaciones identificadas son “fiables con toda seguridad”.

La investigación se apoyó en partidas de bautismo de la iglesia parroquial de los Santos Julián y Santa Basilisa de Isla y en documentos de la Orden de Caballero de Santiago vinculados a Diego de Arana Isla, contador en Cuba.

¿Habrá un homenaje oficial al papa León XIV en Isla?

Aunque el Ayuntamiento no ha enviado todavía una carta al pontífice, espera hacerlo a través del futuro nuncio en España. Por ahora, ya notificó a los gobiernos de Cantabria y España sobre el descubrimiento.

En julio, el pleno municipal aprobó reconocer al papa, y entre las propuestas está dar su nombre a la plaza de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa. Sin embargo, la iniciativa parece más una jugada de proyección turística que un gesto puramente devocional.