El mes de octubre es el mes de los milagros y de los milagros que vendrán más adelante; por eso es que miles de limeños no dejan pasar este mes para pedirle al Señor de los Milagros algún suceso extraordinario en sus vidas. Una de ellos fue una esclava del valle de Cañete del siglo XVIII, llamada Josefa Marmanillo, quien destacaba por ser una excelente cocinera.
Según relatos de su vida, ella empezó a sufrir de una parálisis de sus brazos la cual le imposibilitaba continuar con sus trabajos diarios. Fue por ello que la liberaron y dejó de ser esclava, pero no podía generar ingresos económicos por su enfermedad. Los rumores de los milagros del Cristo de Pachacamilla hizo que viaje a Lima.
Acá, con mucha fe y gran devoción al Patrono del Perú se recuperó y catalogó el acontecimiento maravilloso como un milagro. Por eso es que en honor a Él decidió crear el mejor de sus postres y así nació el turrón de Doña Pepa. Otros relatos señalan que el Señor de los Milagros se le apareció en un sueño para la revelarle la receta.
Sea cual fuera el origen de este magnífico dulce, la leyenda señala que Josefa Marmanillo volvió a un recorrido del Señor de Pachacamilla y alzó su obra frente a la imagen en agradecimiento. A partir de entonces, ella, sus hijos y sus descendientes volvieron a Lima para ofrecer a los limeños este postre.
Para la masa:
Para la miel:
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