Desesperación, dolor, llanto, resignación: son las cuatro sensaciones que usurparon la cotidianidad de miles de familias que perdieron a un ser querido desde que inició la pandemia del coronavirus en el país. Desde la peste bubónica en el sigo XX, el Perú no había aplicado una estricta cuarentena el cual tiene como objetivo contener el rápido brote de una enfermedad. A la fecha el la COVID-19 viene dejado más de 49 mil personas fallecidas.
Como se recuerda, el entonces presidente de la República, Martín Vizcarra, decretó en nuestro territorio el estado de emergencia sanitaria luego de conocer el primer caso positivo de esta enfermedad el pasado 5 de marzo del 2020. Para el 15 de ese mismo mes, el Perú entro a cuarentena, algo que muchos ciudadanos no lograban entender y que, hasta el último momento, pasó desapercibido para un gran sector de la población. Fuimos el primer país de Latinoamérica en decretarlo.
La tarea no iba a ser nada fácil, sobre todo luego de anunciar la salida de Elizabeth Hinostroza como titular del Ministerio del Salud, cinco días después de iniciar el confinamiento social obligatorio. El médico Víctor Zamora tomaría las riendas de la cartera con el enorme reto de sacar adelante una situación que no se vivía desde varias generaciones atrás.
Muchos especialistas en la materia exhortaban al Gobierno a tomar medidas urgentes si es que el país no quería tener índices altos de fallecidos y uno de ellos fue el epidemiólogo Arturo Quispe.
“Uno de los ejercicios más difíciles que tuvimos los epidemiólogos fue proyectar cifras. En ese momento salió que serían 200.000 muertes a fin de año. Con ello, tuvimos que comunicar al presidente para que tome las medidas del caso”, señaló en comunicación con La República.
Mientras transcurrían las semanas el escenario se ponía cada vez menos alentador. Los hospitales abarrotados, así como de camas UCI, la falta de oxígeno medicinal y la escasa aceptación de los peruanos sobre el confinamiento hicieron de que el nivel de contagios se disparara, dejando al país como el mayor afectado por la COVID-19 a nivel latinoamericano por número de población.
“Empezamos bien, fuimos uno de los primeros países que entendió lo que significaba la estrategia de la cuarentena, que era uno de los tres ejes que lanzó al mundo la Organización Mundial de la Salud. Fuimos uno de los primeros, pero no se entendió el renglón seguido de la recomendación de la OMS, que era una cuarentena generalizada que debería ir seguida de cuarentenas focalizadas”, afirmó el decano del Colegio Médico del Perú, Miguel Palacios.
Asimismo, añadió que uno de los problemas principales es el haber adquirido pruebas rápidas y no las moleculares. "Eso generó una explosión de casos y nos terminó poniendo en los primeros lugares de los países con la tasa más alta de fallecidos”, argumentó al diario en mención.
Finalizado la primera cuarentena, en julio del 2020, el Perú tenía 285 213 contagios acumulados y cerca de 10 mil fallecidos, quedando en incertidumbre las siguientes medidas del Gobierno y poniendo en duda la credibilidad de Vizcarra Cornejo en Palacio de Gobierno.
En un muy bien explicado informe de la BBC, se describió primero cuales eran los principales problemas del país respecto al confinamiento que implantó el Gobierno de Vizcarra:
La informalidad: como se sabe, en el país más del 70 % de la población pertenece a la economía informal, ya que obtienen sus ingresos producto del día a día. Ello obligaba a que las personas salgan de sus casas a tratar de ganarse la vida exponiéndose al contagio del coronavirus.
"Los peruanos que tenían que salir a trabajar [tanto de sectores formales como informales] fueron a estaciones de transporte, o los peruanos que salieron a hacer compras [o a vender] han ido a mercados muy aglomerados donde no se ha respetado en absoluto la distancia social", indicó para la BBC el economista Hugo Ñopo.
Logística para abastecerse: una de las principales razones para que la gente tenga la necesidad de salir de sus hogares, es porque una de cada cinco familias cuenta con una refrigeradora, de acuerdo a la última Encuesta Nacional de Hogares de Perú realizada en 2019, representando solo el 21,9 % a nivel nacional.
Además de ello, se suman las aglomeraciones en los mercados y en los bancos, donde las personas asistían para abastecerse de alimentos y recoger los diferentes bonos otorgados por el Ejecutivo a través del Ministerio de Economía y Finanzas.
En tanto, según el cofundador de la compañía Supera World, José Antonio La Rosa, otra de las causas del desacato a la cuarentena es porque la ciudadanía no tenía experiencia previa para afrontar una pandemia de esta magnitud, a comparación de países ubicados en Asia y el Occidente.
"En el Asia no subestimaron al virus de la COVID-19 porque ya tenían conocimiento del SARS. Tercero, la realidad pragmática-económica que tal vez una persona de 60 años puede tomarse esa licencia al tener ahorros, pero otro tipo de persona que vive del día a día no puede estar seis meses dentro de su casa. Todos esos factores han confluido”, manifestó a La República.
"[…] hemos subestimado al coronavirus y esto es sumado a la inexperiencia de la población, del Gobierno y la reacción con respecto al tema de vacunas”, añadió.
Ahora, con Francisco Sagasti en Palacio de Gobierno, tras la destitución de Vizcarra, se dispuso una segunda cuarentena desde el 31 de enero y se prolongó hasta el último lunes 1 de marzo. Esto, luego de confirmarse la llegada de la segunda ola de contagios.
Hasta el momento se siguen aplicando medidas de acuerdo a la curva de contagios y fallecidos, pero, por lo pronto, la única esperanza de vida es la inmunización contra el nuevo coronavirus, ya que el problema de escases de camas UCI y oxígeno medicinal han vuelto a ser la principal incertidumbre en el Perú.
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