Cuando se inició la cuarentena, originada por el COVID-19, la Beneficencia de Lima y la Municipalidad de Lima tomaron la iniciativa de abrir un refugio para proteger a las personas desamparadas de la calle, una población vulnerable que tuvo una segunda oportunidad de vida. Así como “Casa de Todos” se convirtió en el símbolo de la solidaridad y la esperanza, en el país, traspasando fronteras.
Ambas instituciones asumieron el compromiso de levantar un albergue permanente y tras meses de arduo trabajo y con la colaboración de más de un centenar de empresas privadas y decenas de personas de buen corazón, se logró concretar la nueva “Casa de Todos” - Palomino, la misma que permitirá que los albergados de Acho regresen a las calles y permitirá ir recibiendo cada año a nuevas personas vulnerables teniendo como objetivo su reinserción social.
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“Casa de Todos” - Palomino congrega a un grupo de especialistas con amplia experiencia en áreas
sociales, psicológicas, médicas, nutricionales y de gestión. Hasta la fecha se ha logrado atender ininterrumpidamente a más de 200 personas en situación de calle.
Cabe precisar que 25 albergados han logrado reencontrarse con sus familias, ya que los reconocieron a través de las notas periodísticas o las redes sociales. Asimismo muchos de ellos han sido ingresados a albergues para la tercera edad como “San Vicente de Paul” y “Hogar Canevaro”.
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En “Casa de Todos” - Palomino la población beneficiaria son hombres, y en un segundo momento, mujeres y familias en situación de calle y vulnerabilidad. Se les ofrece un hogar, alimentación, cuidados médicos y psicológicos, actividades formativas, recreativas, culturales y mucho cariño. Son 80 albergados los que serán acogidos en Casa de Todos Palomino, un programa que será referente para el resto de ciudades del mundo.