En el año 1970 ocurrió una terrible desgracia que enluto al país. Un terremoto de 7.9 grados remeció gran parte del Perú, pero sobre la costa del norte, esto causó un gran aluvión que sepultó a toda la ciudad de Yungay, en Áncash. El día hoy se cumplen 50 años de esta tragedia que nadie debería olvidar.
La tarde del 31 de mayo todo estaba tranquilo en la ciudad de Yungay hasta que un fuerte sismo asustó a todos. El movimiento telúrico tuvo su epicentro en las costas de Chimbote y duró unos 45 segundos que los sobrevivientes recuerdan como si hubiera sido ayer.
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Luego de esto, los ciudadanos pensaron que todo había terminado cuando de pronto un gran bloque de hielo se desprendió del nevado Huascarán lo que originó un gran alud que alcanzó velocidades entre 200 y 500 kilómetros por hora. Los ciudadanos no pudieron escapar pues recién se estaban recuperando del temblor.
El gran alud arrasó con todo, viviendas y familias enteras que se quedaron en sus casas. Los números registran que esta tragedia causó la muerte de más de 80 mil personas y hubo alrededor de 20 mil desaparecidos. En esa época, en Yungay vivían 6,000 personas, pero solo se pudieron salvar 300 porque se encontraban en el estadio o llegaron a la parte alta del cementerio.
Este alud también alcanzo a las zonas de Ranrahirca, Caraz y Carhuaz, en el Callejón de Huaylas. En Lima el terremoto también se sintió con mucha fuerza pues hubo aproximadamente 143,331 heridos en los hospitales y más de 3 millones de afectados.