Los niños de todas las edades pueden enfermarse con el SARS-CoV-2 o COVID-19. Sin embargo, la mayoría de ellos generalmente no se enferman con tanta gravedad como los adultos, y algunos quizás no presenten ningún síntoma.
De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, entre los 150.000 casos de coronavirus en EE. UU entre el 12 de febrero y el 2 de abril, solo 2500 o un 1.7 % fueron niños. Esto es similar a lo que se ha reportado en otros países, como China e Italia, que han tenido grandes brotes de la enfermedad. Los índices de hospitalización para niños son mucho más bajos.
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La respuesta todavía no está clara. Algunos expertos sugieren que los niños quizás no se ven afectados de manera tan grave pues hay otros coronavirus que se contagian en la comunidad y causan enfermedades como el resfriado común.
Y, como los niños con frecuencia se resfrían, tal vez tengan anticuerpos que les proporcionan alguna protección contra la COVID-19. También es posible que el sistema inmunitario de los niños interactúe con el virus de una manera diferente a la que lo hace el de los adultos.
Aunque sea raro, los niños menores de 1 año están a mayor riesgo de enfermarse gravemente con el SARS-CoV-2. Es posible que esto se deba a que su sistema inmunitario está todavía inmaduro y a que sus vías respiratorias son más pequeñas, lo que puede hacer más probable que presenten problemas para respirar con las infecciones por virus respiratorios.
Los recién nacidos pueden infectarse con COVID-19 durante su nacimiento o por exposición a cuidadores enfermos después del parto. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda cuidados especiales para aquellos que nacieron de mujeres que tienen el virus confirmado o están bajo sospecha lo que incluiría también un distanciamiento temporal de la madre.
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Mientras que los niños y los adultos presentan síntomas similares del nuevo coronavirus, en los niños estos tienden a ser más leves y parecerse a los del resfriado. La mayoría de los niños se recupera en una a dos semanas. Sus síntomas pueden incluir: fiebre, goteo de la nariz, tos, fatiga, dolores musculares, vómitos y diarrea.
Si tu hijo tiene esos síntomas o piensas que pueda tener el virus, llama por atención médica. Mantén a tu hijo en casa y aléjalo de otros. Si es posible, haz que tu hijo use un dormitorio y un baño separados de los que usan los otros miembros de la familia y sigue todas las recomendaciones.
Periodista especializada en tendencias e internacionales. Graduada en la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en el Popular. Interesada en temas relacionados con el medio ambiente, derecho de los animales, comunidades nativas y apoyo social.