Al igual que las víctimas de los contenedores de la muerte en Las Malvinas, un joven trabaja bajo riesgo en una panadería mortal en el Cercado de Lima. Encerrado bajo tres candados, el panadero expone su vida noche tras noche.
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La tragedia en la galería comercial Nicolini, en Las Malvinas, puede repetirse en varios otros locales de la ciudad. Por ejemplo, en la panadería Churín, en el Jr Crespo y Castillo 22'01, Mirones Bajo, Cercado de Lima, donde funciona como una trampa mortal.
Imágenes captadas por un vecino muestran cómo el joven amasa los panes durante la madrugada en la panadería cuya puerta está cerrada con tres candados. Cualquier eventual negligencia y el trato laboral en este caso le podría costar hasta 30 años de cárcel a su empleador por la exposición al peligro.
Según una trabajadora de la panadería, el propietario encierra por fuera a los panaderos durante la madrugada pero les deja las llaves de los respectivos candados. "Lo hace por cuestión de seguridad para evitar que algún empleado nuevo que no se le conoce pueda robarle alguna de sus pertenencias", dijo la empleada que confirmó la manera riesgosa de cómo trabaja el joven panadero durante la madrugada
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