La conductora Laura Huarcayo y la madre del cómico Carlos Vílchez se salvaron por un pelo de ser víctimas de los delincuentes que con engaños llaman por teléfono a las empleadas de sus objetivos para incursionar con facilidad en las residencias.
“Llamó un señor a la casa. Llamó a la empleada por su nombre y le dijo que iban a hacer una sorpresa por mi cumpleaños y que necesitaba la vajilla para llevársela a limpiar. Le dijo que era un tío mío y que la estaba esperando a una cuadra”, contó Laura a Reporte semanal.
Cuando todo estaba listo, la trabajadora sospechó, llamó a la dueña de casa y la policía frustró el delito.
Por precaución, añade la conductora, desde aquel incidente no tiene teléfono en casa por temor a que la sigan sorprendiendo.
“Además, tengo hijos pequeños que podrían contestar las llamadas”, aseveró.
TAMBIÉN LA CARLOTA
Carlos Vílchez, su compañero de trabajo, relató que su madre Haydée Campos tuvo que enfrentarse por teléfono a los delincuentes que pretendieron engañarla.
“Le dijeron ‘señora, está con nosotros Alex (su nieto) y un chico de atrás lloraba y por celular le decía abuelita, abuelita’. Él le decía todo como si fuera un libreto”, contó la popular Carlota.
Refirió que horas después volvieron a llamar a su mamá. “Le dije ‘mándalos a la m...” y pum, le colgaron al toque”, añadió.
NUEVA MODALIDAD
Según el jefe de la División de Robos de la Dirincri, José Garay, la nueva modalidad de los robacasas es la llamada telefónica con el cuento del embargo.
“Antes era la llamada telefónica del secuestro. Ahora es la llamada del embargo. Las llamadas están dirigidas a captar la atención y poner cierta autotidad sobre la persona que recibe la llamada. Les dicen soy el patrón, el hermano del patrón o el banco”, explicó.
ALGUNOS CASOS
Delia Almedo, vecina de Surco, es una víctima. “Le ocurrió a mi mamá de 90 años. A la señora que la cuida la llamaron y le dijeron que yo tenía una deuda en el banco y que debía de entregar electrodomésticos para que la deuda de 20 mil soles aminore”, contó.
Otro caso es el de Rita Morales (44), empleada que, señala, recibió una llamada y entregó joyas y demás artículos.
LLAMADAS DE PENAL
Los detectives han descubierto que dos presos del penal de Lurigancho, apodados el “Causa” y “Misterio”, efectúan las llamadas pero están confabulados con otros que recogen las especies.
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