TALARA. La triste melodía de una trompeta inició la partida del asesinado entrenador Henry Dioses Carrasco “La Loba” a su última morada en el cementerio San Pedro.
El ataúd con sus restos se perdía en medio del mar humano que acudió a despedirlo. Las coronas y arreglos de flores, eran interminables.
Antes de que emprenda el viaje sin fin, su familia y amigos le dieron un sentido homenaje y se despidieron. “Hasta siempre, querido Loba...”, le dijeron.
Dioses Carrasco, quien estaba a punto de cumplir 41 años, murió el último domingo tras recibir una puñalada en el tórax al defender a su hermano y a un amigo al salir de un bar-peña.
La policía determinó que Jonatan Tume Benítez, “La Foca”, lo atacó y le causó la muerte.
“Estaba ilusionado con su viaje a España y veníamos preparando un almuerzo este sábado para celebrar sus 41 años”, dijo su hermano Gil, al tiempo de pedir que ubiquen al asesino.
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