El disparo de 21 cañonazos o camaretazos en la Plaza de Armas de Lima por 28 de julio es un acto tradicional que tiene sus orígenes desde 1823, cuando se avistaban barcos en el Callao y se quería saber si venían en son de paz, eran barcos de guerra o piratas.
La historia da cuenta que eran siete camaretazos los que daban aviso cuando arribaba un barco al Puerto del Callao, desde tierra se respondía con otros siete camaretazos y una vez más la embarcación daba igual número de disparos en señal de que venían en son de paz. Si el estruendo de las salvas era más de 21 veces, se temía un conflicto o que era un navío pirata, dijo el historiador Raúl Ramírez.
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El disparo de los 21 cañonazos se realiza en ceremonias oficiales, y se ejecutan cuando el jefe de Estado Martín Vizcarra ingresa y sale del Parlamento tras ofrecer su Mensaje a la Nación por Fiestas Patrias.
La Legión Peruana de la Guardia del Ejército tiene a su cargo este particular episodio.
Cabe resaltar que el Perú fue un Protectorado hasta 1823 cuando se da el verdadero inicio de La República. También se daban antes los 21 cañonazos en Lima cuando nacía un miembro de la realeza española de la casa de los Habsburgos y Borbones.
Los míticos cañones son armamentos antiguo que ya han sido dados de baja y que han sido adaptados solo para accionar de salva.
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En la tradición artítisca Pancho Fierro reflejó en sus acuarelas costumbristas la vida cotidiana de La República y Ricardo Palma las consignó de forma oral, pero hay muchos historiadores y artistas que plasmaron la vida y escenas cotidianas de Lima y el Perú.
También se daban cañonazos cuando había festividades, cuando se elegía alcalde y cuenta la historia que se dieron cuando hubo terremotos en Lima que eran señal de aviso y congregación.
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