Un cobarde como feroz ataque sufrió la casa de una mujer que se dedica a hacer cajas para zapatos que fabrica su sobrino. Eran las 4:40 de la madrugada cuando unos delincuentes, premunidos de armas de fuego, llegaron hasta el inmueble ubicado en la calle San José 2000 en el sector Gran Chimú del distrito El Porvenir. De pronto desataron una lluvia de balas, literalmente, contra la vivienda: unos 50 proyectiles.
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La dueña de la casa es Janet Campos Cruz (33), quien estaba descansando en el segundo piso, donde también tienen sus dormitorios sus pequeños hijos de 9 y 8 años. “Todos estábamos durmiendo. Cuando escuché las primeras balas salí corriendo hacia el cuarto de mis hijitos y todos nos tiramos al piso”, señaló ella. Refirió que lograron salir a rastras hasta la escalera que da al primer piso y ahí se quedaron hasta que todo pasó. “Empecé a llamar a mis hermanas para que me ayuden”, indicó. La casa es amplia y ahí viven cinco familias, todas con vínculos de parentesco.
Lo extraño del caso, es que Janet Campos asegura nunca haber recibido carta extorsiva alguna, ni menos llamadas telefónicas porque no le gusta tener aparato celular. Los hampones llegaron y se fueron a pie pues nadie escuchó motores de motocicleta o de otro vehículo. La agraviada mostró la gran cantidad de impactos en la puerta principal, la pared y sobre todo en el dormitorio de su hijo, en el segundo piso donde las lunas de la ventana quedaron destrozadas. Igualmente, los proyectiles perforaron algunas de las cajas de zapatos que estaban listas para entregarse, malogrando el calzado. Una vitrina con artículos de perfumería igualmente encajó varias balas.
Al lugar llegaron los detectives de Criminalística que recogieron los casquillos y tomaron medidas y fotos de los lugares donde cayeron los disparos. "Yo no tengo problemas con nadie. Mi esposo está trabajando en una mina en Pataz, pero hace dos meses recién. Yo creo que o se han confundido o es una persona loca que ha disparado tal cantidad de veces”, comentó Campos Cruz.
Algunos vecinos y familiares dijeron que a unos metros de la casa de la víctima, hay una vivienda donde venden licor a personas de mal vivir. “Llamamos a la Policía y al Serenazgo pero no hacen nada. Tal vez de ahí hayan salido delincuentes borrachos”, aseveraron.
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