Mesa Redonda: A 21 años de la explosión de un artefacto pirotécnico informal y 400 muertos

La tragedia de Mesa Redonda es considerada el incendio más catastrófico de todos los tiempos en el Perú. Ocurrió el sábado 29 de diciembre de 2001 y a casi 21 años después aún se sufre la pérdida de 268 personas producto de la pirotecnia informal que se vendía en este centro comercial del Cercado de Lima.

La desgracia empezó a las 7:15 de la noche cuando un vendedor informal hizo una demostración de un artefacto pirotécnico cerca de la tienda Portal del Jirón Andahuaylas, ubicada en el cruce con el Jirón Cuzco. No obstante, la explosión ocurrió cuando los cohetes afectaron a la tienda y se esparció hacia los almacenes de material. Se calcula que al menos mil toneladas de explosivo se almacenaba en ese momento.

En cuestión de segundos el fuego se hizo incontrolable y se esparció por cinco cuadras a la redonda. Todo se convirtió en un caos para los vendedores y personas que compraban por motivo de las fiestas de fin de año. Ellos por salvar sus vidas corrían por las galerías de calles angostas. Muchos murieron atrapados.

Los pocos que lograban escapar se les resultó difícil la evacuación ya que en las calles tropezaron con vendedores y clientes que también buscaban salir del siniestro. El panorama afuera era aterrador: varios de los taxistas estacionados y personas que habían ido a comprar en vehículos murieron dentro de sus unidades. Posteriormente, esto dificultó la labor de los bomberos para apagar el fuego.

De acuerdo a la Dirección de Prevención e Investigación de Incendios del CGBVP se reportaron temperaturas de hasta 1200 grados centígrados (°C), lo cual carbonizó a las víctimas. Asimismo, una bola de fuego de 800 °C que se desplazó por las calles e impidió la salida de las personas.

Como se mencionó, hubo 268 personas fallecidas, 500 heridos y 168 desaparecidos momentos después del incendio. No obstante, la cifra de muertos se calcula, actualmente, que haya alcanzado los 400 debido por una parte a que los cuerpos de las víctimas carbonizadas terminaron por filtrase por pozos de desagüe que los bomberos habían habilitado para que las aguas -con las cuales aplacaron el incendio- transcurran por ahí.