Pérdida silenciosa de oxígeno viene afectando a los más jóvenes con COVID-19, alerta EsSalud

Desde que inició la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19) en nuestro país, uno de los síntomas más significativos en pacientes infectados con el virus era la falta de oxígeno o hipoxemia y, de acuerdo a los expertos del Seguro Social de Salud (EsSalud), el no detectarlo a tiempo podría poner en peligro la vida del paciente.

Según explica la jefa del Servicio de Anestesiología de EsSalud, la doctora Inés Sáenz, esto ocurre porque la COVID-19 se une a unas micropartículas (llamadas receptores) que normalmente se encuentran en los pulmones, riñones y en otras células del cuerpo, causando así la insuficiencia respiratoria.

Sin embargo, en diálogo con Agencia Andina, advirtió que la sintomatología más peligrosa de esta enfermedad es la “hipoxemia silenciosa”, es decir, que no manifiesta síntomas notorios que tengan relación con la pérdida de oxígeno en el cuerpo.

“Es un cuadro que se caracteriza porque hay una baja en la concentración de oxígeno, pero que no es detectada por la propia persona a través de la sensación de falta de aire, aumento de frecuencia cardíaca o una simple molestia que diga 'me estoy cansando'. En el caso de la hipoxemia silenciosa, las personas no se dan cuenta de que la concentración de oxígeno en su sangre ha bajado y siguen realizando sus actividades en forma casi normal”, indicó.

Asimismo, añade que cuando el organismo llega a detectar insuficiencia de oxígeno, muchas veces satura en un 80 %, llegando a requerir con urgencia una cama en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

Por otro lado, la especialista insisten en que la segunda ola de contagios viene atacando a los más jóvenes, sobre todo con la hipoxemia silenciosa.

“La característica de la segunda ola es que la población joven es la más afectada; entonces la hipoxemia silenciosa también se está observando en jóvenes. Eso hace que lleguen mucho más comprometidos a la emergencia y pase en forma inmediata o requieran de un soporte ventilatorio para poderlos ayudar o salvar la vida”, agrega Sáenz.

En ese sentido, reiteró que ante un signo de resfrío común, diarrea o dolor abdominal, se debe hacer una pausa y presumir que se trata del coronavirus.

"Es importante iniciar un monitoreo de temperatura y saturación, por lo menos una vez al día, para ver cuánto están nuestros niveles de oxígeno en sangre. Si los síntomas persisten de tres a cuatro días será necesario buscar un diagnóstico, con una prueba antigénica o molecular. La prueba rápida no aplica para esta situación", puntualizó.