Gabriel García Márquez y el día que Mario Vargas Llosa le puso el ojo morado

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Mario Vargas Llosa le puso el ojo morado a Gabriel García Márquez en una pelea que pasó a la historia
Mario Vargas Llosa le puso el ojo morado a Gabriel García Márquez en una pelea que pasó a la historia

Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa son con seguridad dos de los nombres más influyentes en la historia de la literatura latinoamericana y mundial. Ambos son Premio Nobel y ambos fueron grandes amigos durante buen tiempo. Pero todo ello acabó un 12 de febrero cuando, tras una confusa situación, nuestro crédito peruano le asestó un fuerte derechazo al colombiano, poniendo fin a muchos años de amistad.El fotógrafo colombiano Rodrigo Moya, quien captó a García Márquez durante muchos años, contó la historia de la pelea (en versión del autor de Cien años de Soledad) luego de captar una foto que le pidió sacarse el escritor. La historia fue narrada para el diario La jornada de México el 6 de marzo dl 2007. Aquí te dejamos un extracto.La historia de un ojo morado: el día que Mario Vargas Llosa le aplicó un certero derechazo a Gabo    *Por Rodrigo MoyaEl 14 de febrero de 1976, Gabriel García Márquez volvió a tocar el timbre de mi casa, ya por distintos rumbos, en la colonia Nápoles, para que le tomara otras fotografías. Esa vez lo notable no era el saco de cuadritos, sino el tremendo hematoma en el ojo izquierdo y una herida en la nariz, causada por el puñetazo que dos días antes le había propinado su colega y hasta ese momento gran amigo Mario Vargas Llosa.El Gabo quería una constancia de aquella agresión, y yo era el fotógrafo amigo y de confianza para perpetuarla. Claro que pregunté azorado qué había pasado, y claro también que Gabo fue evasivo y atribuyó la agresión a las diferencias que ya eran insalvables en la medida que el autor deLa guerra del fin del mundo se sumaba a ritmo acelerado al pensamiento de derecha, mientras que el escritor que 10 años después recibiría el premio Nobel, seguía fiel a las causas de la izquierda.Su esposa Mercedes Barcha, quien lo acompañaba en aquella ocasión luciendo enormes lentes ahumados, como si fuera ella quien hubiera sufrido el derechazo, fue menos lacónica y comentó con enojo la brutal agresión, y la describió a grandes rasgos: En una exhibición privada de cine, García Márquez se encontró poco antes del inicio del filme con el escritor peruano.Se dirigió a él con los brazos abierto para el abrazo. ¡Mario...! Fue lo único que alcanzó a decir al saludarlo, porque Vargas Llosa lo recibió con un golpe seco que lo tiró sobre la alfombra con el rostro bañado en sangre. Con una fuerte hemorragia, el ojo cerrado y en estado de shock, Mercedes y amigos del Gabo lo condujeron a su casa en el Pedregal. Se trataba de evitar cualquier escándalo, y el internamiento hospitalario no habría pasado desapercibido.Mercedes me describió el tratamiento de bisteces sobre el ojo, que le había aplicado toda la noche a su vapuleado esposo para absorber la hemorragia. Es que Mario es un celoso estúpido, repitió Mercedes varias veces cuando la sesión fotográfica había devenido charla o chisme.Según los comentarios que recuerdo de aquella mañana, mientras ambas parejas vivían en París los García Márquez habían tratado de mediar los disturbios conyugales entre Vargas Llosa y su esposa Patricia, acogiendo sus confidencias. Como suele suceder, los consejos o comentarios de la pareja colombiana rebotaron hacia Vargas Llosa cuando éste volvió al redil y se reconcilió con su esposa.Y lo que sea que se hubiese dicho o sucedido, el caso es que el peruano se sentía gravemente ofendido, y su furia la resolvió de aquella manera expedita y salvaje. Guarda las fotos y mándame unas copias, me dijo el Gabo antes de irse.

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