Katy Jara y su fuerte publicación ¿en contra con procesión del Señor de los Milagros?: "No estatuas"

Katty Jara hace casi casi meses dejó en shock a todos sus seguidores al revelar que había decidido convertirse en cristiana evángelica, por lo que se alejó de la cumbia y televisión. Ahora, tras estar involucrada al 100% al cristianismo, la excantante compartió publicaciones que pusieron en evidencia su desacuerdo con la procesión del Señor de los Milagros. ¿Qué pasó?

Como se recuerda, este mes de octubre se le conoce como el 'mes morado' por ser una época del año donde las calles de Lima se llenan de fe para honrar a una de las figuras religiosas más importantes del Perú. Asimismo, diversos feligreses y devotos del Cristo de Pachacamilla visten un traje morado, que varios suelen utilizar hasta el 1 de noviembre. Esto generó que Katy Jara comentara al respecto.

"La gloria solo es para Dios. Éxodo 20, de el 2 al 5, no te haras imagen, ni ídolos, ni estatuas, ni te postrarás ante ellas. Escrito está en las Sagradas Escrituras", escribió la excantante de cumbia en su cuenta oficlal de Facebook, dejando entrever su rechazo por la creencia católica.

Asimismo, compartió un post que hacía referencia sobre la procesión y la celebración al 'Cristo Morado'. "Lo que dice la misma biblia católica: Éxodo, capitulo 20, versículos del 2 al 5. No estás en la obligación de creerlo si no quieres, pero yo sí estoy en la obligación de decirlo. Proclama solo al señor tu Dios", añadió este 9 de octubre en su red social.

¿Cómo Katty Jara decidió iniciar un camino en el cristianismo?

La excantante Katy Jara contó para un diario local que conoció La Palabra en marzo de 2020, luego comenzó la pandemia por coronavirus y junto a su esposo se fueron a vivir a Piura, donde comensaron a asistir en una iglesia.

"Con mi esposo empezamos a estudiar La Biblia. Luego, por la poca actividad que había en el país, por el COVID-19, nos fuimos a vivir a Piura y empezamos a congregarnos en una iglesia", confesó a Trome. Además, reveló que decidió dejar de lado la cumbia para seguir el camino de Dios.